El pararse el corporado Darinel Villamizar Ruiz sobre su curul -para dejar por las nubes sus reclamos y diferencias a la mesa directiva del Concejo de Barrancabermeja- fue el hecho político de la semana en el Distrito, motivo de todo tipo de memes y comentarios que no son el motivo de esta columna.
Me han pedido -para esta ceremonia de premiación de los Premios Pluma de Oro 2021- unas palabras para recordar cómo se dio ese proceso que permitió a un buen número de colegas lograr el título de Comunicadores Sociales y Periodistas de Barrancabermeja otorgado por la Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD.
Yo no concibo al ingeniero Óscar Orlando Porras Atencia por fuera de la Universidad de la Paz. Y la llamó Universidad de la Paz porque estoy convencido, y así se demuestra con hechos, que esta es la Universidad del Magdalena Medio. Una Universidad a la que tampoco concibo sin Óscar Porras.
Hay en Barrancabermeja un hombre de figura endeble, cual Quijote de la Mancha, pero de carácter firme quién desde hace ya más de dos lustros decidió echarse encima la realización del Festival de Acordeones o Festival Vallenato. Nadie, pero absolutamente nadie, lo puede señalar del más mínimo asomo de haber actuado con indelicadeza en la vida pública y menos al frente de la organización de este evento, cuya versión número 35 termina este domingo. Se llama Gregorio Ortiz Epalza y su vida la ha llevado con pulcritud en el sector solidario, como gerente de una firma reconocida en Santander, donde ha forjado el temple de comerciante de respeto y en todos los aspectos de su diario trasegar.
La denuncia en Enlace Noticias de una mujer desempleada, atrasada en un año en el pago del arriendo y agredida por uno de los familiares de la dueña del inmueble por no acceder a sus pretensiones, muestra la dimensión del drama de vivir en soledad y sin empleo.
La primera vez que lo vi fue en una audiencia en el antiguo Palacio de Justicia de Barrancabermeja, el mismo viejo edificio que primero fue Hospital, después Universidad y hoy es un basurero. Inicios de los años ochenta del siglo pasado
“El último de los Yariguies”, así titula el historiador santandereano Emilio Arenas la biografía de Horacio Serpa Uribe escrita en 1998, justo cuando el líder liberal se lanzó a la Presidencia de la República, perdiendo la misma en segunda vuelta ante Andrés Pastrana por un poco más de 300 mil votos.
Desde hoy este caño, Caño Muerto, debería llamarse: Caño Vida”, la frase es de Fabio Hernández Cáceres presidente la Junta de Acción Comunal del corregimiento Meseta de San Rafael del distrito de Barrancabermeja.