Ya probamos los horrores de la guerra, es hora de probar otro camino
Por: Jairo Andrés Amaya García
Pasaban los años 80 y en Barrancabermeja una joven visitaba a sus familiares en un barrio en el nororiente de la ciudad. La joven —con aproximadamente 8 meses de embarazo— visitaba a sus familiares que hacía rato no veía. Con alegría y amor por su familia la joven llegaba a nuestra ciudad, pero la aguardaban otras personas; integrantes de la guerrilla también sabían de su arribo y la esperaban con una intención macabra.