Un gran salto hacia atrás – Por: Elda Cantú
No se sale ileso del coronavirus. La COVID-19 deja secuelas en el organismo de quienes lo superan: dolores de cabeza persistentes, cansancio, daño a los pulmones.
No se sale ileso del coronavirus. La COVID-19 deja secuelas en el organismo de quienes lo superan: dolores de cabeza persistentes, cansancio, daño a los pulmones.
Viene la temporada de compras, digo, de fiestas. Con el cierre del año, los feriados decembrinos, las reuniones familiares y la repartición de bonos navideños viene también un impulso capitalista disfrazado de alegría y buena voluntad: la compra de regalos.
América Latina vive una ola de recambio político. Argentina, Ecuador, Guatemala y Paraguay eligieron nuevos presidentes este año. México, Venezuela y El Salvador harán lo mismo en 2024.
Fue en 2020 cuando nos volvimos hipervigilantes de la tos y los estornudos. Desde la pandemia, prestamos más atención a los síntomas (propios y ajenos) de las enfermedades respiratorias.
Pasamos la pandemia construyendo diligente y laboriosamente una burbuja para aislarnos en pro de la salud.
En el Darién cada paso ofrece una oportunidad de hacer dinero. El trayecto en lancha para llegar a la selva: 40 dólares. Alguien que carga tu mochila: 100 dólares. Un plato de pollo y arroz en medio de la ruta: 10 dólares.
Hace un par de semanas, en un paseo por el centro de San Francisco (California – Estados Unidos), me sorprendí mirando escaparates de tiendas que venden productos cuya materia prima es el cannabis.
La Corte Suprema de Estados Unidos revirtió el viernes Roe versus Wade, el histórico fallo de 1973 que determinaba que el derecho al aborto era una garantía constitucional en el país.
Pareciera que en el centro de las grandes controversias de los últimos días siempre hay una adolescente.
Cada cuatro años nos quedamos pegados a las Olimpiadas. Disfrutamos de la competencia porque en cada clavado, pirueta y gol, canasta o punto vemos una breve parábola sobre la disciplina, la perseverancia, el trabajo en equipo. Caemos rendidos ante el espectáculo del esfuerzo ajeno.