Solicitar opiniones públicas sobre cosas que jamás pasaron puede ser una cuestión ética compleja para los periodistas. Por un lado, el periodismo a menudo pretende ser un perro guardián de quienes están en el poder, haciéndoles responsables de sus acciones.
Una justicia en decadencia es un tema que preocupa a muchos y prende las alarmas en medio de la denuncia de un Golpe de Estado Blando.
No es un secreto que en el mundo de la fama y el poder, las opiniones y críticas pueden ser influenciadas por intereses financieros y políticos. Sin embargo, en este caso específico, Carlos Vives y Silvestre Dangond, famosos vinculados a rumores de ser patrocinados por las mafias del narcotráfico y la política tradicional criticando a un escritor laureado como Gabriel García Márquez por no regalar sus premios a la gente de su tierra podría ser visto como una crítica hipócrita.
Barrancabermeja, una ciudad emblemática de Colombia, se erige como un ícono de progreso, historia y belleza natural en el departamento de Santander. Con aproximadamente 250,000 habitantes, esta urbe se encuentra estratégicamente ubicada a orillas del río Magdalena, otorgándole un rol vital en la economía y la cultura de la región.
El 16 de abril fue una fecha crucial para los intereses de Asofondos, el gremio que agrupa a los fondos privados de pensiones, en medio del trámite de la reforma pensional del gobierno Petro.
La relación entre periodistas, medios de comunicación y objetividad es un tema complejo y polémico. En Colombia, como en otras partes del mundo, se han observado dinámicas en las que algunos periodistas y medios han dejado de esforzarse por mantener la objetividad y han adoptado posturas más activistas y partidistas.
La libertad de prensa es un pilar fundamental en cualquier sociedad democrática. Sin embargo, cuando se mal utiliza como herramienta política para ofender, atacar, calumniar y sabotear un proceso democrático, se convierte en una amenaza para la estabilidad y el buen funcionamiento de la misma.
En la intersección de la ética periodística y los intereses comerciales, surge un dilema moral que cuestiona la integridad de las publicaciones serias. Tal es el caso de la revista Cambio que, paradójicamente, mantiene en su nómina al columnista Yohir Akerman quien salió implicado en actividades de lobby para empresas acusadas de complicidad con el paramilitarismo y con la devastación del Amazonas.
Lo que sucede en Colombia con la prensa tradicional opositora del gobierno de Gustavo Petro es un panorama de intensa polarización política y mediática, donde la narrativa sobre el gobierno actual y su antecesor se ve moldeada por agendas políticas y medios de comunicación que a menudo están lejos de ser imparciales.
El 7 de agosto en Colombia es una fecha de gran relevancia histórica y cultural, ya que conmemora la Batalla de Boyacá, un evento crucial en la lucha por la independencia del país.
