La pandemia por Covid-19, es una de las crisis actuales que ha generado un fuerte impacto en las dinámicas económicas, sociales, políticas y culturales del mundo.
Una compra no es solo una transacción comercial, es también una transacción de poder. Cuando compramos, estamos dándole poder económico a la causa detrás de las personas que nos vende un producto o servicio.
Junio es un mes que da la bienvenida al verano en el hemisferio norte y al invierno en el hemisferio sur, pero además es un mes lleno de citas astronómicas.
Cuando las aldeas se convirtieron en ciudades y las guerras de pillaje, de las cuales la más célebre fue la de Troya, tuvieron bardos que cantaran el valor, la brutalidad o la astucia de sus héroes, su descendencia masculina fue educada por sabios.
Ángela Merkel hace poco mencionó una frase que es demasiado certera : “Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”
Hoy hace un año publicamos Barrancabermeja – Bella Hija del Sol, dejándonos muchas alegrías, reflexiones y retos. Hoy me siento muy honrado de la oportunidad que Dios nos da, de darle continuidad al mensaje que transmitimos en aquel momento y que ahora cobra una mayor vigencia dadas las circunstancias.
El coronavirus ha puesto de manifiesto un gran interrogante para toda la humanidad sobre qué importa más: ¿la economía, el dinero o la vida?
En medio de esta tragedia sanitaria por el COVID-19, los médicos se han convertido en verdaderos héroes, pero a su vez son una población con un riesgo enorme y que hoy en día son también mártires de esta hecatombe.
Un tipo bien santandereano que por accidente le tocó nacer en Barranca y no en Zapatoca —como es su apellido— Helmer Pinilla Galvis, se le ocurrió, arbitrariamente, en 1963, sin consultar a las comunidades, establecer, como si fuera un dictador, que nuestro gentilicio era «barramejo» palabreja de una fonética impronunciable, pasándose por la faja toda nuestra historia cultural ribereña desde inicios del siglo 20 donde se comunicaban llamándose «barranqueño».
La crisis ha “develado” lo que siempre ha estado a la vista: las grietas de nuestro sistema pensional. Un sistema que se inventaron en 1993, a través de esa reconocida ley 100, puerta de entrada para que los especuladores del sector financiero jugaran a enriquecerse con el trabajo de los colombianos y a trasladar sus pérdidas a todos.
