Por: Juan Manuel López C.
Pasado más de un año de haber acabado su periodo presidencial sigue ‘imperando’ sobre el panorama nacional la presencia de Álvaro Uribe.
El porqué de esto se refleja bastante con motivo del envío a prisión de su Ex ministro Arias.
Por el lado del ex presidente mismo, porque parece estar decidido a no dar un segundo de paz a los colombianos; mucho se ha destacado el carácter enfermizo que lo lleva a seguir participando e interfiriendo en todo lo que es el manejo de la cosa pública. Nunca un mandatario se había dedicado como él a mantener vigencia aún después de retirado. Si antes se consideraba algo demencial su temperamento mesiánico, éste se manifiesta hoy en esa actitud obsesivo-compulsiva que no le permite descansar ni, por sus intervenciones, dejar descansar al país.