Gran tragedia y gran oportunidad
Por: Juan Manuel López C.
Al dar prioridad al espectáculo del sufrimiento (que es lo que da rating) o a las estadísticas (que son las que producen impacto), los medios relegan a un segundo plano el análisis y los efectos y dimensión de la tragedia invernal. En un mes escaso se produjeron tantas víctimas y daños como los causados por los enfrentamientos de los últimos años del conflicto armado. La cantidad de damnificados, de familias que perdieron su hogar y sus pocos bienes, de población desplazada, son similares. Las aulas y los puestos de salud perdidos, las carreteras interrumpidas, las viviendas destruidas superan en número el total de lo sucedido durante nuestra guerra. Solo las muertes no alcanzan las mismas cifras (según la fiscalía en Justicia y Paz los paramilitares han confesado más de 45.000 homicidios ¡!) pero es previsible que la morbilidad y la mortandad consecuente acerque el número de decesos a esos niveles. Excepto por la cantidad de muertes inmediatas, en términos internacionales se considera un caso comparable o peor al de Katrina, Haití, o el terremoto de Chile.