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¡Se cayó el régimen!

A finales del siglo pasado, hace aproximadamente 20 años, hubo una ‘matriz de opinión’ que se apoderó de las mayorías electorales.  Temas como la privatización de los servicios públicos, la liquidación de hospitales, la venta de la banca al sector privado, el impulso a la siembra de palma africana, la conformación de cooperativas de seguridad para combatir a la guerrilla y la venta de los principales activos del Estado como ‘única salvación’ para la economía del país fueron utilizados con éxito para ganar elecciones.

Vocablos típicos barranqueños – Por: Alfonso Torres Duarte

Vocablos típicos barranqueños
Plaza de mercado central en Barrancabermeja – Foto: Internet

Tal vez esto no le guste mucho a los defensores del uso tradicional del lenguaje, pero bueno, ahí están estas expresiones del vocabulario de las gentes barranqueñas, las cuales no podemos desconocer porque constituyen parte del componente folclórico de nuestro pueblo.

Directo a las indirectas

Directo a las indirectasPor: Álvaro Pérez Vides

 

Por  comentarios como los del “ILUSTRE” abogado ISAAC JIMENEZ VERGARA, vuelvo a opinar en este medio, no con el ánimo de polemizar con nadie, y menos con quienes hacen de la injuria, la calumnia y el chantaje, protagonismos políticos medievales, si no, por el contrario, el de ser directo frente a las indirectas; ya que dichas aseveraciones, muy a pesar de que contemplan cierta genialidad política, la que siempre le he admirado y respetado a este reconocido jurista, politólogo y  litigante público.

Tio, tio … soy un toro … coroné.

Tio, tio ... soy un toro ... coroné.Por:  Jorge Núñez Hernández.

 

Ya tengo mi apartamentico, tío:  Es el número 501. Torre 3, con parqueadero incluido. En la bella Unidad residencial del viejo Club Cardales. Me costó $ 243 millones de pesos.  Lo pagué en efectivo.

La enfermera sin rostro de El Centro.

La enfermera sin rostro

Por: Uriel Villalobos Cadena.

Nancy llegó de Cali pocos días después de inaugurado el hospital de El Centro y desde aquel día se dedicó a aliviar el dolor de los pacientes. No importaba que fuera dolor de quemadura, de fractura, de apendicitis, de carbunco o de parto, este siempre cedía el paso a una sonrisa al ver tanta dulzura convertida en enfermera. Ni siquiera los neonatos tenían que llorar con las inyecciones de tan suaves manos.

A veces se necesita de ‘la boñiga’, pero no tanto – Por: Jorge Núñez Hernández

Jorge Nuñez Hernandez

En algún lugar leí que el maestro Rafael Escalona dijo: «Dios no se mete en política. Esa se la deja a los hombres». Y claro: es el mundo de las pasiones, de los pareceres, el reino de lo variopinto, de los matices.