La cuestión del desempleo II
El discurso para enfrentar y resolver el problema del desempleo es una tentación para algunos políticos que, a pesar de estos años de hechos y lecciones, siguen planteando salidas fáciles y mucha retórica.
Pareciera que todo fuera un espejismo, que todo no fuera más que un débil reflejo, un velo que el tiempo ha logrado desgarrar sin dificultad, en realidad no hemos aprendido nada de respeto, tolerancia y libertad, estamos igual o aún más atrasados que hace 28 años que se promulgo la constitución política o cerca de 70 años de la declaración universal de derechos humanos.
¿No deberíamos preocuparnos primero por nuestros problemas más cercanos y urgentes antes de involucrarnos en cosas externas y menos apremiantes?
Llega un momento en el cual es necesario decir es suficiente, no más. Es una reacción natural, la consecuencia de la saturación, del continuo abuso y del exceso.
La desconfianza hacia la política no es nueva, existen juntas desde su nacimiento y como toda actividad humana puede que no desaparezca nunca.