Cortes y puntadas
Por: Jorge H. Silva Besil
En la entrada del cementerio de Tunja, se enmarca una frase lapidaria: “Aquí terminan las vanidades del Mundo.” Esta sentencia deja entrever algo más profundo e inconmutable que la muerte, es decir: la vida. Vivir es más que la ocupación de un espacio en el universo con las funciones primarias de nacer, crecer, reproducir y morir. La vírgula que separa la muerte de la vida, es mucho más que eso. El ser humano se encuentra en una constante lucha interna por conquistar lo eterno e intangible, en una carrera que para todos termina mucho antes de entender en que consiste vivir. Respetando las diferentes creencias religiosas, saber vivir implica primero un respeto por su vida y la de los demás, todo en una sincronía con el ambiente, la sociedad y desde luego con Dios.