Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos están para alquilar balcón, pues no es simplemente hacer predicciones por encuestas, es reconocer la complejidad del proceso electoral norteamericano, pues elegir presidente en la principal potencia del mundo es un proceso indirecto y que tiene un procedimiento de escrutinio que varía de estado en estado (pues es un Estado federal) lo que hace que —a pesar que las encuestas dan como ganador a un candidato (el demócrata Joe Biden)— las cosas sean más complejas.

En Estados Unidos no necesariamente gana la presidencia el candidato que más votos tenga, es decir que no hay seguridad de que si se obtiene la mayoría del voto popular pueda ganarse la elección.

Hace cuatro años gano el voto popular la demócrata Hillary Clinton pero fue elegido presidente Donald Trump, y esto sucede porque el sistema electoral norteamericano es indirecto, hay un colegio electoral que elige el presidente. Ese colegio electoral está conformado por delegados, electores, y su número esta determinado según la población de cada estado.

En líneas generales los electores votan por el candidato que haya ganado en el estado, es decir si el candidato de un partido consigue la mayoría de los votos populares todos los votos de todos los electores se irán con ese candidato. El colegio electoral tiene 538 integrantes y si se obtiene la mitad más uno se elige presidente, es decir los candidatos necesitan 270 electores. Por eso la lucha electoral se concentra en ganar el número de estados necesarios que sumen los votos del colegio electoral suficientes para ganar la elección (es decir mínimo 270), así que conseguir la mayoría del voto popular no garantiza la victoria.

Pero la cosa se hace aún más compleja porque cada estado de los Estados Unidos tiene sus propias regulaciones para votar y hasta para el escrutinio de los votos. En ese país hay voto anticipado, es decir que se puede votar de manera personal en los puestos de votación previo al día de elecciones (martes 3 de noviembre), o también se puede votar por correo. Las regulaciones para el escrutinio de esos votos varían también, en algunos estados ya se está haciendo y en otros hay que esperar para hacerlo hasta el día de elecciones.

Según se ha conocido, el voto anticipado se ha disparado, y se prevé que los niveles de participación en general sean bastante altos, lo que hace que el conteo de votos sea bastante complejo. Así que no solo se contabilizan los votos depositados en las urnas el día de las elecciones, sino también los votos anticipados, lo que puede generar que el escrutinio sea un proceso que demore bastante tiempo, en algunos estados se prevé que dure días el conteo de votos, generando incertidumbre y especulaciones sobre los resultados.

Así las cosas, solo desde lo técnico electoral, las elecciones norteamericanas (USA) serán un verdadero espectáculo, con altas dosis de tensión y mucha incertidumbre.

La lucha por ganar los estados con el mayor número de electores, el complejo proceso de escrutinio, las posibles demoras en conocer los resultados en los diferentes estados y las demandas que se presentaran por los escrutinios, son solo algunos de los elementos que se sumaran a la ya agitada campaña electoral.

La democracia más importante y reconocida del mundo enfrenta una elección que desafía sus fundamentos y principios, en medio de una campaña electoral polémica e inédita.

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DARIO ECHEVERRY JUNIOR, politologo de la Universidad de Los Andes con maestría en Gobierno y Políticas Publicas de la Universidad Externado de Colombia, docente catedrático, columnista de Barrancabermeja Virtual.

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