
La Superintendencia Nacional de Salud de Colombia decidió intervenir a EPS Sanitas en abril de 2024 debido a una grave crisis financiera que ponía en riesgo la atención de más de 4 millones de afiliados.
La intervención forzosa busca garantizar la continuidad de los servicios médicos y proteger los derechos de los usuarios, pero también revela importantes fallas de gestión financiera dentro de la EPS.
A continuación, se expone una explicación clara de los hechos, la crisis financiera que llevó a esta situación y las implicaciones de esta intervención tanto para los afiliados como para el sistema de salud en general.
El colapso financiero de EPS Sanitas: una crisis profunda
A finales de 2023, EPS Sanitas presentó cifras alarmantes en sus indicadores financieros. Según el análisis presentado por el equipo de «Dónde Está La Plata«, el patrimonio adecuado exigido para garantizar su funcionamiento era de 518.701 millones de pesos, pero la EPS reportó un patrimonio técnico real negativo de 355.378 millones de pesos, lo que generó un déficit de 874.079 millones de pesos.
Estos números reflejaban una falta crítica de solvencia que comprometía la capacidad de la EPS para cumplir con sus obligaciones.
Además, las reservas técnicas de Sanitas no estaban respaldadas adecuadamente. En lugar de tener inversiones líquidas y seguras para cubrir los servicios médicos ya prestados, la EPS solo había garantizado el 39% de estas reservas, lo que significó un descalce de más de 1.2 billones de pesos. Este incumplimiento es considerado una violación grave de la normativa financiera que regula las EPS en Colombia.
Causas del colapso
El origen de la crisis financiera de EPS Sanitas está relacionado con una serie de fallas de gestión interna. La entidad no cumplió con la obligación legal de mantener reservas técnicas respaldadas por inversiones seguras y líquidas.
Según el análisis de Vicente Calvo, las causas de este descalce no pueden atribuirse a factores externos como la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), sino a una mala administración de los recursos de la EPS, incluyendo el uso inadecuado de los fondos destinados a reservas, deficiencias en los controles financieros y una gestión ineficaz de la cartera.
Esta situación crítica se agravó con la falta de disciplina en la constitución de las inversiones, lo que resultó en un colapso financiero que afectó gravemente la capacidad de Sanitas para responder a las necesidades de atención médica de sus afiliados.
La intervención: medidas urgentes para proteger a los afiliados
La intervención de la Superintendencia Nacional de Salud tiene como objetivo principal proteger a los afiliados de EPS Sanitas y asegurar que continúen recibiendo los servicios médicos a los que tienen derecho.
También busca estabilizar las finanzas de la EPS mediante la optimización de la red prestadora, el restablecimiento del respaldo obligatorio de reservas técnicas y la mejora en la gestión de cartera.
Además, se desarrollará un plan de saneamiento financiero a largo plazo, con el objetivo de restablecer el equilibrio y permitir que la EPS retorne a una operación normal.
Sin embargo, es importante destacar que este proceso no será inmediato. La intervención forzosa busca estabilizar la situación, pero no ofrece una solución mágica a los problemas estructurales que llevaron a la crisis financiera.
Consecuencias para los afiliados y el sistema de salud
La intervención tiene consecuencias inmediatas para los más de 4 millones de afiliados de EPS Sanitas. Según el análisis de «Dónde Está La Plata«, los afiliados pueden enfrentar demoras en la atención médica, con citas más largas, procedimientos quirúrgicos postergados y retrasos en la autorización de tratamientos.
Además, es posible que haya escasez de medicamentos y restricciones en tratamientos de alto costo, lo que afectaría especialmente a las poblaciones vulnerables como los pacientes crónicos, personas mayores y mujeres gestantes.
El impacto también se extiende a los prestadores de servicios médicos, como hospitales y clínicas, que podrían verse afectados por la cartera vencida de la EPS, lo que generaría dificultades en su flujo de caja. Esto podría llevar a una reducción en los servicios disponibles o incluso al cierre de algunos de ellos.
La intervención también tiene un efecto domino en el sistema de salud en general. Otras EPS podrían verse sobrecargadas por la llegada masiva de afiliados de Sanitas, lo que aumenta la presión sobre sus capacidades de atención y podría deteriorar la calidad del servicio en todo el sistema.
Lecciones y reflexiones
El caso de EPS Sanitas resalta la importancia de una gestión financiera sólida dentro de las EPS para garantizar la estabilidad del sistema de salud colombiano. Como concluye Vicente Calvo en su análisis, la intervención de EPS Sanitas debe servir como una lección para reforzar la supervisión y el control de las EPS, con un enfoque en la transparencia y la rendición de cuentas.
Las reservas técnicas deben ser gestionadas adecuadamente, ya que no solo son una obligación legal, sino también una herramienta financiera esencial que ayuda a las EPS a enfrentar fluctuaciones en los ingresos operacionales.
Un manejo adecuado de las reservas garantiza la estabilidad financiera y la capacidad de responder a las necesidades de los afiliados.
Este caso también subraya la importancia de exigir transparencia y calidad en la atención médica, independientemente de las dificultades financieras que puedan enfrentar las EPS. Los ciudadanos tienen el derecho a exigir que se garantice su acceso a la salud de manera oportuna y de calidad.
Conclusión
La intervención de EPS Sanitas revela la fragilidad del sistema de salud colombiano cuando las EPS no cumplen con los requisitos financieros exigidos.
La falta de respaldo en las reservas técnicas y el déficit de patrimonio adecuado pusieron en riesgo la atención de millones de afiliados. La intervención de la Superintendencia busca estabilizar la situación, pero también resalta la necesidad urgente de reformas en la supervisión y gestión de las EPS para evitar que este tipo de crisis se repitan en el futuro.
El caso Sanitas debe servir como una llamada de atención para fortalecer el sistema de salud, garantizando que las EPS operen con responsabilidad financiera y mantengan su capacidad para brindar atención médica de calidad a todos los colombianos.
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Fuente: «Dónde Está La Plata», Vicente Calvo, Abril 2025