Inicio Pedro Severiche Yo soy la antorcha, no soy el camino.

Yo soy la antorcha, no soy el camino.

pedroPor: Pedro Severiche Acosta.

Ya lo escribí en mi muro del tal Facebook y así lo repito hoy aquí. Les ruego, les suplico, les imploro a todos los candidatos de octubre que por favor no me pidan que haga parte de sus equipos de campaña. Yo estoy quieto, luego déjenme quieto. No les cuesta nada y ahorran mucho.

A varios meses de las elecciones, comienzan ya a preguntarme que con quién estoy para la Alcaldía; que a quién voy a apoyar, si a Cote Peña o al hijo del coronel Aguilar para la Gobernación; que si ya tengo candidato para el Concejo, o si le voy a dar el voto a Olga Niño para la Asamblea. Hasta por los comuneros me joden la vida.

Yo no soy el camino, yo no soy la verdad electoral. Yo soy la antorcha humana como se cansó de decirlo mi colega Diego Waldrón y hoy lo repiten el arquitecto Alberto Cotes Acosta (quien, bueno es decirlo, tiene muchas más laceraciones que mi pellejo electoral) y la colega Angélica Suárez (una auténtica tea hablando de antorchas). A todos les digo: ¡A mí no me jodan!

Y es bueno que no me jodan ahora que están a tiempo, porque uno es débil y muy seguramente puedo caer en la tentación de apoyar a alguien, porque ciertamente uno no es de hierro; uno también tiene sus sentimientos. El problema es que de llegar a quemarse el depositario de mi voto, de inmediato, vendrán las habladurías y el señalamiento de ser yo el culpable del desastre electoral. Y a eso yo no le jalaré esta vez.

Permítaseme seguir haciendo lo que más me gusta: entrevistar a todos los candidatos con la seguridad de que mis entrevistas no queman a nadie. Así las cosas, el candidato se ahorra el ungüento para las quemaduras y yo me ahorro las lamentaciones de haber votado por alguien que, en el remoto caso de ser elegido, no me va a dar ni la hora.

Ahora bien, esta campaña electoral en Barrancabermeja está tan aburrida y raquítica que yo celebro la decisión de aquellos barranqueños que, según una denuncia en la prensa, tomaron un bus el domingo pasado para irse hasta Puerto Wilches a inscribir su cédula.

Lo propio hizo otro buen número de ciudadanos que optaron por inscribirse en Yondó. La pobreza de esta campaña en el puerto justifica la sabia decisión de estos ciudadanos que en ningún momento, léase bien, en ningún momento, han pensado en vender su voto. ¡Jamás!

Finalmente, y para dar un ejemplo de lo de malas que he sido, les digo que hace cuatro años voté por Serpa y me pasó lo de Maturana pero a la inversa: ganar fue perder bastante. Chao. No me jodan.

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