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Salud, empleo y oportunidades

Sample ImagePor: Oscar Miguel Rodao

No comprendo como en un país con tantos problemas de pobreza, desigualdad y falta de oportunidades que son los verdaderos motivos de la violencia que nos agobia,  no pide a gritos soluciones de corte social para estos. Temas como la seguridad y la educación (aunque importantes) no son las necesidades más sentidas del grueso de la población pero si copan los espacios que deberían ocupar temas más urgentes como la salud, el empleo y las oportunidades para todos en las campañas políticas más publicitadas hacia la presidencia.

 

El tema de la educación es bien importante en una sociedad como la nuestra que busca salir del atraso en que se encuentra, pero salvo un excelente manual de normas de buenas costumbres que utiliza uno de los candidatos como caballo de batalla, aun no escuchamos propuestas concretas y sobre todo “claras” de cómo va a ser  la intervención de ese futuro gobierno en el tema, si ira a preferir una educación pública o de carácter privado, como se haría la tan anhelada revolución educativa, ni mucho menos como seria la relación con los profesores y el acceso de los más necesitados a educación de calidad.

 

Por el lado de la seguridad, estamos mucho peor. De tanto repetir la mentira de que la seguridad democrática fue exitosa, ya muchos piensa que si, a pesar de la inseguridad en las calles, el alto índice de delincuencia común, los desplazamientos , los falsos positivos, la corrupción administrativa y el poder que aun mantienen las guerrillas y las autodefensas después de 8 años. El fracaso es tal que después de dos periodos,  intentaron mediante un referendo buscar 4 o quizás 8 más para seguir insistiendo en estas políticas, que aunque con algunos relativos éxitos en lo militar, aumentan los motivos que originan la inseguridad en el país. Con todo esto, hoy utilizan toda la maquinaria, el amedrentamiento, el soborno, el transfuguismo, el presupuesto oficial y todo el peso del gobierno para impulsar un candidato que aleja aun más la posibilidad de reconciliación entre los colombianos.

 

Las democracias fuertes del planeta se sustentan en partidos políticos fuertes y organizados, con tradición y discurso, ya sean de izquierda o derecha o que representen intereses social demócratas o de corte republicano, sin embargo después de 8 años de un mesianismo exagerado que copaba todos los espacios y que mediante una sofisticada estrategia que incluía propaganda oficial negativa, grandes empresas publicitarias, trasfuguismo, sobornos, espionaje y otras muchas artimañas propias de los sistemas totalitarios, lograron uno de sus principales objetivos para perpetuarse en el poder, que era desacreditar a como diera lugar los partidos políticos culpándolos de todo lo malo que le ha sucedido al país.

 

Así las cosas, hoy nos encontramos en el dilema de escoger entre un partido sin ideología que hoy se llama de la “U”, quizás mañana si ganan las elecciones se llamara de la “S” donde realmente se debería llamar de la “P” y un partido que se llama Verde, al cual no se le conoce la propuesta ecología, que ayer se llamaba Opción Centro, pero era dirigida por ex guerrilleros izquierdista que terminaron en la cárcel por parapolítica, pero que más bien, por la  forma mesiánica como quieren presentar la propuesta debería llamarse el partido de la “M”.

 

Estamos llegando a una situación similar políticamente a la de países totalitarios donde no hay partidos políticos fuertes que respalden la democracia. Es hora de recapacitar y defender nuestra democracia fortaleciendo nuestros partidos, con doctrina y discurso.

 

Al candidato del Partido Liberal, Rafael Pardo, es al único al que le he escuchado propuestas reales para sacarnos del manicomio económico neoliberal, generador de violencia y desigualdad y regresarnos a la práctica sana y próspera de la economía real basada en la inversión social, la generación de empleo, el acceso a la salud y la educación de calidad para los que hoy no tienen acceso a ella y las oportunidades para todos.

 

Así que no tiene sentido que nuestros contradictores políticos, en su desespero por buscar votos a como dé lugar,  digan que los liberales, se van a unir a una causa contra la que hemos luchado durante todos estos años, primero por no ser acorde a nuestros principios, y segundo por no tener lógica ni decencia con el pueblo liberal.

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