Hay en Barrancabermeja un hombre de figura endeble, cual Quijote de la Mancha, pero de carácter firme quién desde hace ya más de dos lustros decidió echarse encima la realización del Festival de Acordeones o Festival Vallenato. Nadie, pero absolutamente nadie, lo puede señalar del más mínimo asomo de haber actuado con indelicadeza en la vida pública y menos al frente de la organización de este evento, cuya versión número 35 termina este domingo. Se llama Gregorio Ortiz Epalza y su vida la ha llevado con pulcritud en el sector solidario, como gerente de una firma reconocida en Santander, donde ha forjado el temple de comerciante de respeto y en todos los aspectos de su diario trasegar.
Cuando la organización del Festival hizo crisis, a finales de la primera década de este siglo, Gregorio llegó con su aureola de hombre probo y casi como un santo -diría yo- para salvar de los santos óleos al Festival Vallenato de los barranqueños.
Con la llegada de Gregorio a la Presidencia de esta organización cultural, no se volvió a escuchar del no pago de los premios a los concursantes. Los premios se pagan en tarima. Ningún otro festival en Colombia hace eso.
Con Gregorio Ortiz al frente del Festival el concursante lo es todo, porque es el quien cruza medio mundo para traer el testimonio de que la música vallenata es un himno a la esperanza y que el sonar de los acordeones es una música inmortal.
Con Gregorio, el Festival tiene a la Cumbia como su quinto aire y con ello le rinde tributo a Barrancabermeja por todo lo que ella representa en el mundo: La Pollera Colorá. Y hay que ver con el profesional y respeto que los participantes la interpretan. Otro sello indeleble de Ortiz Epalza.
Me podría quedar aquí escribiendo sin parar lo que ha hecho Gregorio Ortiz (con total transparencia y pulcritud) como presidente del Festival Vallenato, pero me haría interminable en esta loa. Si quiero recalcar algo especial: Gregorio Ortiz Epalza no está solo en esta tarea. A él lo acompaña su junta directiva y un cuerpo de jurados a toda prueba. «Aquí gana el que toque mejor», es la frase de combate de todos ellos, haciendo alusión a la transparencia de sus fallos.
Y agrego algo más, el tesorero del Festival es un hombre que se pensionó como cajero de un banco, labor en la que no tuvo el descuadre ni de un centavo en toda su vida de hombre dedicado a cuidar el dinero de los demás.
En medio de las dificultades que significa hacer un festival de esta naturaleza, en medio de una pandemia que nadie imaginaba; con recursos muy limitados, con gente metiendo zancadilla en cada esquina, quiero decirle a don Gregorio que le renuevo mi amistad por siempre, que es un berraco, que es una figura digna de mostrar en tiempos en que los valores se han invertido. Eres un ciudadano ejemplar, Gregorio Ortiz, en una ciudad que arriba a sus cien años de soledad.
Este artículo también lo puede leer en BVirtual “la nueva forma de escuchar radio” – para instalar la aplicación: Para Android – dar click aquí
Los usuarios de Iphone pueden descargar la nueva forma de escuchar radio dando click aquí
Para leer más noticias de Barrancabermeja y el Magdalena Medio pueden dar click aqui