Por: Oscar Miguel Rodao U
Las últimas semanas no han sido las mejores para Alfonso Baeza Acuña. Los liberales de Barrancabermeja nos hemos visto sorprendidos con sus imprudentes y desafortunadas intervenciones públicas, personaje este, quien en su afán por figurar se inclinó por atacar, (¿quién lo creyera?), a su propia colectividad de manera sistemática, generando escándalo en cada una de sus salidas en falso.
Primero, acusó a los miembros del directorio Liberal de Barrancabermeja de dejarse «comprar» para que apoyaran al candidato del consenso; luego pretendió sabotear las resoluciones de la Dirección Nacional Liberal procurando generar división alrededor de los mecanismos de elección en el partido, para luego salir con la tristemente célebre tesis de la «inhabilidad del candidato», incluso, incitando públicamente a los detractores del partido Liberal para que lo demandaran.
Comportamientos como este quizás uno los tolera con esos personajillos anónimos que andan por ahí deambulando como loquitos en la red internet, tratando de sabotear al candidato, pero que ese mismo comportamiento se origine en cabeza de quien debería ser el conductor de la colectividad ameritan, en mi opinión personal, su destitución inmediata, para que deje en manos de personas idóneas la dirección del partido Liberal en la ciudad.
La imprudencia, así como la miopía política que Alfonso Baeza ha demostrado tener en estas últimas semanas ha sido tan grande como su prepotencia y altanería.
Como presidente del Directorio Liberal en la ciudad, Alfonso Baeza, se brindó a servir de caja de resonancia de los contradictores del partido Liberal. Y no lo digo propiamente por las injurias y malquerencias que dirigió en contra de Darío Echeverri, sino porque en medio de esa ceguera política que padece, Baeza cometió errores tan graves como el dudar de la potestad y la sapiencia de las autoridades liberales a nivel nacional y departamental, lo que despertó, por supuesto, el malestar y la desconfianza de los congresistas liberales en el departamento de Santander, cuando supieron que en su locura este sujeto había fustigado públicamente en contra de las directivas del Partido Liberal insinuando, según sus «agudos» y torpes raciocinios, que algunos de los más importantes y fuertes candidatos de la colectividad en Santander estaban inhabilitados, desde luego sin estarlo.
Yo supongo que Baeza, en su condición de profesional del derecho sabe que, antes de lanzar una acusación, se deben tener la pruebas para poder sustentarlas, más en su honorable calidad de presidente del partido Liberal en la ciudad.
Así mismo creo que lo único que debió hacer en su momento, antes de salir a atacar al candidato, fue verificar en la fuente (entiéndase Oficina de Personal o de Recursos Humanos de la gobernación de Santander) hasta que fecha fue la última vez en que Darío Echeverri cumplió sus funciones como Gobernador de Santander en Encargo o Designado.
Yo pienso que si a Baeza le queda algo de respeto por la importancia del rango que los liberales le entregaron y la responsabilidad que ello implicaba, debe renunciar a la Presidencia del Directorio Liberal de Barrancabermeja y ponerse a disposición de las autoridades disciplinarias del partido para que sean ellas las que decidan sobre su futuro dentro de la colectividad.