Cultura Ambiental

Ollas, traperos, sandalias, televisores viejos, balones de futbol, cascos, laminas de icopor, neveras, carros de juguete, muñecas y mucha, mucha pero mucha basura se ve a lo largo del caño de las camelias. Eso no es nada nuevo. Lo interesante es la caminata que promovió la empresa Aguas de Barrancabermeja con alumnos de distintos colegios y de sicología de la UCC por el tortuoso y agonizante caño.
Es claro que en Barrancabermeja la política se seguridad del gobierno nacional fracaso rotundamente y la ciudad viene viviendo desde hace varios años temporadas de calma antes de tempestades cada vez mas funestas. También es cierto que hablar de seguridad en un país como el nuestro no es fácil pero también es claro que no se tiene un camino y un norte preciso que seguir en esta materia.
Hace 6 años, cuando viajé por primera vez a los Estados Unidos, recibí una gran cantidad de correos electrónicos de amigos que me planteaban la posibilidad de irse a vivir allá y me consultaban muchas cosas relacionadas con la vida de esa gran nación. Comerciantes, administradores hoteleros, estudiantes y por supuesto periodistas y varios locutores barranqueños me insistían en querer dejarlo todo para entrar a disfrutar de lo que aún hoy muchos llaman, 'El Sueño Americano'.
La transformación que ha sufrido el país en los últimos años ha convertido a la expresión y la opinión en delitos desde el referente mismo de la opinión pública. Lo que antes era considerado como “delito” por la expresión política de los ciudadanos, heredado de la guerra que libraron liberales y conservadores, ahora ha ‘evolucionado’ o retrocedido en términos antropológicos, a formas más “urbanas” que buscan hacer justicia por su propia cuenta señalando como delincuentes a quienes opinan diferente, apelando además, a insultos, ofensas y calumnias como argumentos para “enjuiciar” a quienes opinan (ver comentarios en cualquier medio de comunicación con sitio web).

Al principio de la década de los 40 pensar en la derrota de los Nazis era algo improbable así como en los Ochentas pensar en la caída del comunismo, sin embargo fueron cosas que sucedieron en medio del asombro de muchos y la ilusión de otros. Ese tipo de eventos es lo que el pensador francés EDGAR MORIN llama la “victoria de lo improbable”.

