Por: Jorge H. Silva Besil
El modelo de la política de la igualdad desarrolla un más amplio concepto de justicia distributiva a partir de la moral del respeto igualitario. Según este modelo, la justicia social distributiva tiene que concebirse en función de la fundamentación de una teoría universal de los derechos humanos que comprenda en su núcleo a los derechos humanos sociales. Para realizar este propósito, la política de la igualdad parte de diferenciar cuatro contextos normativos en los cuales los sujetos pueden obtener su autonomía y alcanzar su reconocimiento. Del planteamiento de las necesidades incorpora, además, la tesis según la cual el Estado no asegura y protege los derechos e intereses de todos si no se satisfacen las necesidades básicas y se proporcionan los recursos y posibilidades para que cada uno pueda desarrollar la forma de vida que desea. De este modo, es posible construir, frente al modelo liberal de justicia, entendido como un mero dispositivo de protección de la autonomía privada, un más amplio concepto de moralidad que sirva para proteger la integridad de los sujetos de distintas formas de negación de su reconocimiento.