Fue en 2020 cuando nos volvimos hipervigilantes de la tos y los estornudos. Desde la pandemia, prestamos más atención a los síntomas (propios y ajenos) de las enfermedades respiratorias.
Tal vez, como muchas personas, te has preguntado por qué pareciera que muchas personas están enfermas todo el tiempo. Los expertos explican que en realidad se trata de una combinación de factores, entre los que se incluyen más virus, un déficit inmunitario por los años de aislamiento y una mayor sensibilidad ante afecciones a las que solíamos prestar menos atención.
Ya hemos reportado cómo el invierno se ha convertido en una época fértil para la propagación de enfermedades respiratorias, como la influenza, el coronavirus y el virus sincitial respiratorio.
Si vives en Estados Unidos, tal vez te has dado cuenta de que la gente ha vuelto a enfermarse de covid. Durante esta temporada, el virus ha resurgido haciendo que cada vez más personas tengan que acudir al hospital, además ha cobrado la vida de alrededor de 1500 estadounidenses cada semana.
Quienes se están enfermando en EE. UU. están contrayendo la variante JN.1, que según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, parece contagiarse o evadir las defensas del organismo con más facilidad. Otro motivo que explica la propagación tan intensa es que muchas personas han dejado de usar mascarillas incluso cuando presentan síntomas o acuden a espacios muy concurridos donde podrían ser susceptibles a contraer el virus.
Hay distintas maneras de prevenir el contagio y combatir la enfermedad.
Por ejemplo, en Estados Unidos existe un medicamento que disminuye en 73 por ciento la probabilidad de fallecimiento en los pacientes de alto riesgo. Se trata de Paxlovid, un fármaco fabricado por Pfizer que tiene una alta efectividad si se toma de inmediato. Los investigadores calculan que pudo haber evitado 48.000 muertes y 135.000 hospitalizaciones.
Sin embargo, lo usan menos del 20 por ciento de los pacientes que se beneficiarían de tomarlo. “La reticencia parece provenir de la preocupación de los médicos en relación con las interacciones con otros medicamentos y las inquietudes de las personas sobre un posible caso de rebote o el regusto metálico”, reportó Christina Jewett, periodista que cubre la FDA.
Los expertos han observado que muchas personas que entran en la categoría de riesgo no parecen darse cuenta de que son vulnerables, una percepción que recomiendan cambiar para evitar que la situación actual se salga de control y sature los hospitales.
Por último —aunque no por ello menos importante— las vacunas siguen ayudando fortalecer el sistema inmunitario. Y las nuevas versiones lanzadas en septiembre pasado ofrecen mejor protección contra las variantes más nuevas.
Apoorva Mandavilli, reportera de Ciencia del Times, ofrece una elocuente razón para ir por la más actualizada.
Aunque la vacuna contra la covid no prevenga la infección, puede acortar la duración y la gravedad de la enfermedad, y minimizar el riesgo de síntomas a largo plazo, como niebla cerebral, fatiga, problemas de movimiento y mareos, lo que en conjunto se conoce como covid persistente.
Así que, como recomendó en un reportaje reciente William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad Vanderbilt: “Vacúnate como regalo de Año Nuevo si aún no lo has hecho”.
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