Si no estoy mal, corría el año 1984, cuando fue invitado especial al Festival Vallenato de Barrancabermeja, en su segunda versión, el Maestro Alejandro Durán.
Recuerdo que fue en el Parque Infantil dónde le pedí el autógrafo que Alejo me estampó en un billete de 100 pesos que no sé dónde fue a parar esa noche en que me crucé por única vez en la vida con el Primer Rey del Festival de la Leyenda Vallenata.
Esa noche Alejo se presentó en el Club Cardales, club que ya no existe.
La anécdota de Alejo Durán en Barrancabermeja la cuenta el fotógrafo Jesús Villamizar quien acompañaba al fallecido periodista Miguel Rico, que no le perdía pisada al hijo de El Paso.
Chucho y Miguel trabajaban para Vanguardia Liberal.
“Alejo fue hospedado en un hotel céntrico de la ciudad de nombre Guasimales”, refiere Chucho. Hotel que tampoco existe.
Según Villamizar al «Negro Grande» le sirvieron huevos pericos al desayuno, los que engulló con recelo. Al almuerzo, un tanto sofocado por el agite de sus compromisos y el calor inclemente de esta tierra, le sirvieron un bistec a caballo.
“Más güevo dijo Alejo entre dientes”, recuerda Chucho y se ríe.
Antes de salir para sus compromisos, en esa noche sin lluvia, el Negro Alejo (el mismo del famoso ‘Apá’, ‘Sabroso’) explotó, relata el fotógrafo.
“Le sirvieron de cena caldo de huevo”, comenta el hombre de la lente.
– Qué dijo Alejo – le pregunto a Chucho.
Y Chucho recuerda la respuesta de Alejo al recriminar el hecho de que en ese hotel lo hubieran levantado a físico “güevo”:
– Tráiganme un ‘pescao’ o fue que me vieron cara de chucha para darme “güevo” todo el día…
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