Las relaciones sociales son fundamentales para la vida de las personas, es difícil – de un momento a otro – cambiar costumbres, tradición y comportamientos.
Nuestra población está acostumbrada a hablar con el vecino, a salir en las noches a andenes y puertas de las casas a conversar, a pasear por la calle y saludar mientras se va a la tienda, a que los niños jueguen en la calle sin restricciones, a tomarse unos tragos con amigos y familiares al frente de su casa, o a hacer asados o sancochos con vecinos y amigos, en fin, es una sociedad con una vida social intensa.
Hace unas semanas cuando inicio la cuarentena como estrategia para enfrentar el contagio del covid 19 se le pidió a la población que cambiara todo eso de la noche a la mañana.
Lógicamente los resultados no fueron los esperados.
Muchas personas no acataron las medidas de aislamiento social, y no por ser inconscientes o irresponsables sino porque es difícil cambiar así, de golpe, años de comportamiento que están profundamente interiorizados en nuestra mente y conducta.
La cuestión se agrava si a lo anterior le sumamos la lucha por la supervivencia. Alrededor de la mitad de la población vive del día a día, de la economía informal, que requiere que todos los días sin excepción se tenga que salir a producir para poder sobrevivir.
Además, los recursos son limitados y a pesar de las ayudas privadas y públicas sostener por cien días a una familia en lo básico, alimentación y servicios públicos, requiere mucho más de los recursos entregados.
No falta la crítica hacia el consumo de bebidas alcohólicas en estos momentos, pero frente a la limitada oferta de entretenimiento, diversión y recreación, pues no hay restaurantes, bares, discotecas, parques, cines, teatros, gimnasios, etc., no hay muchas cosas para distraer a una población atribulada con los problemas económicos y preocupada por las noticias del contagio.
En este contexto, ¿debemos salir y cobrarle todo a la gente? ¿Debemos culpar a la población de sus males y su destino?
O es mejor cambiar de enfoque y mirar ¿cómo se hace para ayudar a la gente a atravesar esta situación?
En este momento es indispensable garantizarle a las personas un ingreso básico, elementos de bioseguridad, internet gratis para educación y entretenimiento, formación en la importancia de las medidas de bioseguridad, así como en precauciones y aislamiento social, entre otros temas.
No se puede pretender que la gente cambie de la noche a la mañana, así no funcionan las cosas, y obligarlas vía comparendos o amenaza de la fuerza solo complica más la situación.
Se hace necesario un esfuerzo más individualizado y constante, que reconozca la realidad social y busque incidir en ella sin agredir, buscando educar y concientizar.
No es tarea fácil ni rápida.
Lo del día sin IVA fue un ejemplo que a pesar de los riesgos, el comportamiento social no cambia de forma rápida. Los cambios sociales son procesos que toman tiempo, y salir a lavarse las manos con la gente no solo es injusto sino inútil.
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