Por: Juan Manuel López C
La forma en que busca aplicar el máximo rigor en contra de los funcionarios del gobierno anterior plantea varias inquietudes. Entre ellas lo que el Dr. Uribe denomina Justicia injusta y el papel de los medios de comunicación.
Algo puede haber de injusticia en cuanto a quiénes están pagando el pato por los abusos cometidos bajo un gobierno que hoy está más que cuestionado.
La mayoría de los funcionarios se limitaron a cumplir con las pautas que les marcaban, como hace cualquier funcionario bajo cualquier gobierno. El cometer errores lo puede hacer cualquiera y seguramente la mayoría de los que se cometen bajo un gobierno normal pasan desapercibidos o son sancionados como tales y no tratados como criminales. Seguramente casi todos los hoy enjuiciados no se sienten culpables y mucho menos comprenden que se les catalogue como delincuentes. Sin tener ánimo doloso ni buscar o recibir beneficios personales no entienden que se les mire como criminales.
En cambio quienes promovieron las condiciones para que esto sucediera están hasta ahora libres de toda responsabilidad.
Los hoy acusados del AIS, del DAS, de falsos positivos, etc, cumplieron con lo que los promotores de los modelos y las políticas del famoso ‘Estado de Opinión’ aplaudían desde los medios de comunicación, o la ‘Seguridad democrática’ premiaba con el ‘body count’ o falsos positivos, o los ‘Tratados de Ralito’ que a veces ‘refundaban la Patria’ y a veces usaban falsas desmovilizaciones para complementarlo.
Hay un error en coger a los subalternos y tratarlos como responsables de lo que se cuestiona. Deben ser juzgados y sancionados pero por su actuación y por el nivel de violación que pudieron cometer. Pero no son ellos los llamados a responder por lo que otros promovieron y aún defienden.
Lo que sucede es que mientras se siga reivindicando por quienes verdaderamente creen que Colombia debe ser un ‘Estado Comunitario’ como ellos lo entienden, mientras se incite a la opinión pública a presionar la Justicia para que falle en función de las políticas que ya pocos respaldan, se está creando un parapeto de defensa con los que son los simples ejecutores de esas propuestas, y solo después, cuando hayan cumplido esa función de carne de cañón, se podrá reconocer lo que tales propuestas implicaron y posiblemente entrará a estudiarse la situación de los verdaderos culpables.
Pero si los medios en vez de escandalizarse con los twitters y las intervenciones del Dr. ALVARO URIBE ‘et al’ les dan el vuelo de la ‘legítima defensa de un gobierno’ y les dan el alcance de un debate sobre la forma que toma el actual mandato o el anterior, será alrededor de los subalternos que se calificará esa gestión de gobierno.
Los resultados de ese gobierno en materias económicas con la conversión a un modelo extractivo y no productivo, el abandono de la infraestructura, o la enfermedad holandesa que vivimos con la apreciación del peso, pueden ser debatibles; o aún en temas sociales como el incremento de la desigualdad o el cambio del empleo formal por el informal y el deterioro del sector laboral pueden ser motivo de controversia. Pero las políticas que traen como consecuencia acciones criminales no solo deben ser rechazadas sino atribuidas a quienes las instauraron.
Pd. Ni un twitter de Álvaro Uribe se ha referido a la tragedia del invierno.