
Propuesta para robustecer la participación en listas cerradas: un mecanismo proporcional que garantice el compromiso activo de cada candidato
Se suele señalar que uno de los principales problemas de las listas cerradas es que quienes se ubican por debajo del umbral realista para alcanzar una curul tienden a perder el interés en la campaña, lo que termina afectando negativamente el desempeño general de la lista.
¿Cómo podría resolverse este desafío?
Una alternativa sería implementar un mecanismo de participación proporcional que incentive a todos los integrantes de la lista a comprometerse activamente.
Por ejemplo, en el caso del departamento de Santander —donde se reparten siete curules— y considerando el crecimiento del Pacto Histórico, podría proyectarse la obtención de dos escaños.
En ese escenario, con el objetivo de fortalecer el trabajo colectivo, se podría establecer un acuerdo para que los cinco candidatos siguientes también participen en el ejercicio legislativo, ocupando la curul durante un tiempo proporcional al número de votos obtenidos en la consulta.
Así, el tercer lugar podría acceder al 11% del período legislativo (aproximadamente cinco meses), el cuarto al 10%, el quinto al 7%, el sexto al 6% y el séptimo al 4%, o alguna fórmula similar que motive a toda la lista a trabajar con la certeza de que todos tendrán la oportunidad de ejercer el cargo.
No es camisa de fuerza
Este esquema no tiene que ser rígido ni inamovible; los porcentajes mencionados son simplemente ejemplos de cómo podría estructurarse un acuerdo que, además, debe ser transparente, claro y discutido abiertamente con la ciudadanía.
Un acuerdo de esta naturaleza fortalecería la integración de todos los miembros de la lista, lo que podría resultar en una representación política más diversa y justa, que tome en cuenta la pluralidad del apoyo electoral dentro de cada partido.
De esta manera, no solo se resolvería el problema del desinterés de los candidatos menos favorecidos, sino que se promovería una forma más dinámica y participativa de hacer política, permitiendo una representación territorial más equitativa y una mayor conexión entre los electores y sus representantes.
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Posdata: Carolina Corcho se consolidó como la verdadera renovación del progresismo. El Pacto Histórico tiene una responsabilidad histórica:
Carolina debe ser la cabeza de lista al Senado. Lo exige la nueva realidad política. Lo exige el pueblo.
Contra todo pronóstico, y pese al silencio de los medios y la indiferencia de las élites, su votación fue un fenómeno electoral que no se puede ignorar.





