Inicio Amylkar Acosta Los locos y el manicomio

Los locos y el manicomio

juanmaloPor: Juan Manuel López C.

Al ritmo que se van denunciando los escándalos y destituyendo o encarcelando a los funcionarios pronto se paralizará el país. No caben los reos en las cárceles, no alcanza la justicia a llamarlos siquiera a versión libre o a indagatoria; y si los organismos que han debido controlar no pudieron hacerlo, mucho menos al intervenir o asumir la dirección de las entidades cuestionadas podrán administrar o corregir las fallas que no detectaron.

La verdad es que lo que se está viviendo es más una especie de lo que llaman ‘la euforia de los tiburones’, consistente en que cuando se encuentran varios alrededor de una presa se enloquecen y comienzan a morder ‘a la loca’, devorando todo lo que encuentran, incluso los unos a los otros.

En lo que aquí estamos no es propiamente en un descubrimiento de que el país estaba lleno de corrupción –como si antes no se supiera o como si su dimensión estuviera fuera de lo que nos imaginábamos-, sino en un despliegue en los medios de comunicación que se parece a ese comportamiento animal.

Es en principio una obsesión de los medios el producir impacto con las noticias escandalosas, y por supuesto el terreno más propicio para ello es la función pública; al fin y al cabo nada más indignante que el abuso de quien ejerce un poder por delegación, y nada más promovido –tal vez erradamente- que la idea que los medios de comunicación son los llamados a controlar a quienes reciben esa delegación.

Pero al mismo tiempo llama la atención el porqué aparecen ahora todos esos escándalos y con una especie de furia reprimida presentan noticia tras noticia induciendo una escalada de odio en la opinión pública y seguramente una de terror en la administración.

Pareciera que se quisieran desquitar de lo que no hicieron durante los 8 años del gobierno anterior.

Lo que lleva a pensar en el dicho de que es como el loco de jefe del manicomio.

Porque ya es casi aceptado que el Dr. Uribe esta algo loco. Si es obsesivo compulsivo, o ‘border line’, o de otra tendencia mental enfermiza es poco claro; pero que su comportamiento lo es, pocos lo dudan.

Pero lo que se ve es que los medios de comunicación tiene todavía una fijación alrededor de él también enfermiza.

No de otra manera se explica esa especie de revanchismo y la sevicia con la que atacan todas las fallas que por supuesto durante su mandato ya conocían pero que nunca divulgaron. Pero al mismo tiempo le dan toda la beligerancia a sus actos, opiniones e intervenciones, cuando en realidad para la Nación ya no tiene casi peso, o para ser más exactos, tienen solo el peso que esa difusión les dé.

Los twitter de Uribe no tocan temas nacionales, ni de importancia o incidencia por el poder que él pudiera ejercer. Sin capacidad decisoria como gobernante, ni influencia en la repartición de burocracia o contratos, hoy en día lo que único que tiene son posiciones personales que ni siquiera se enmarcan en preocupaciones del Estado o de la población sino solo se centran en la defensa de sus obsesiones (v. gr. no ha emitido una frase respecto a la catástrofe invernal). Es un loquito dedicado a buscar confrontaciones con quien no comparta sus opiniones, pero que cuenta con un manicomio que le hace eco para que lo logre.

Comments

comments