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Quiquiriquí ó amor de gallo.

Active ImagePor: Pedro Severiche Acosta
 
De ser cierto que la ex asesora Jurídica del Municipio, Luz Consuelo Gallo, solicitará a la Fiscalía General de la Nación el llamado Principio de Oportunidad en el proceso penal en que está involucrada junto al alcalde de Barrancabermeja, Carlos Contreras López, (por un presunto peculado al ordenar éste último y cobrar la primera unos viáticos irregulares), sería una peste la contratación de abogados allende el Puente Sogamoso que ha hecho el encartado durante su gobierno, justamente, para blindarse. "Esa ha sido la acorazada justificación para desconocer a los litigantes del puerto", dice un abogado porteño que pide la reserva de su identidad, aunque su abultado abdomen lo delate por doquier.

Podríamos decir que mejor Contreras hubiera contratado a la actriz Amparo Grisales para que lo blindara y no a la Gallo desleal que ahora pretende lavarse la manos, su apellido y todo lo demás, dejando de paso embarcado al geólogo imprudente que terminó confundiendo a la Alcaldía, según sus críticos, "con un galpón". La Grisales es la misma actriz de la película El Gallo de Oro de Gabo, el genio creador de la mamadera de gallo.
 
Sabemos, de buena fuente, que la firma canadiense Greystar tiene entre sus planes explorar el gallo de oro de la Grisales, y explotarlo a cielo abierto como no lo pudo hacer con el Páramo de Santurbán. Por los años que tiene la actriz colombiana, los canadienses deberán acopiar buen mercurio para la extracción del mineral, que no es ninguna piedra, por cierto. Es todo un tesoro.
 
Como buen hombre de Dios muy seguramente el galo Contreras (él quiere la nacionalidad francesa) deberá estar pensando en lo que llaman el gallo de la pasión. Pero ya no está el jesuita de Roux que le hubiera podido ayudar con las plegarias en una misa de gallo, por ejemplo. Como es tan selecto nuestro jefe del corral, él no querrá que la misa se la oficie un cura de esos que clasifican para gallo basto.
 
Por los lados de Iglesia Cuadrangular del Cincuentenario "que no se acerque", le recomiendan a Carlos, porque a decir del pastor "aquí no queremos oír su cacareo". No lo digo yo, que quede claro eso, porque mi pluma no llega hasta allá. Mi pluma no va más allá del As de Copas de la 28. Es de corto vuelo.
 
No son los mejores tiempos los que vive por estos días el burgomaestre. Vale recordar que hace unas semanas la Contraloría Departamental le embargó el sueldo y como ahora no tiene cuartillos para almorzar volvió a visitar a sus viejos amigos del barrio Primero de Mayo. Donde Zenaida, por ejemplo, la despensa ya está más tracuteada que reactor nuclear japonés. Allí con pena le dijeron cuando se sentó a la mesa y le largaron el plato:
 
– Déle muela, Carlos, a ese gallo viejo que tuvimos que doblarle el pescuezo porque no había más.
 
Y es que el fiscal del caso de la Gallo y del Alcalde, de apellido Cornejo, no es ningún conejo sino todo un gallo fino en los estrados judiciales. "Ese fiscal es un gallo con espuelas", dice el Pollito Arciniegas, un periodista crítico de lo que él llama "el gallinero local".
 
Bueno, las cosas así como están de pronto "valen huevo" para Jaramillo, pero quién le hace caso al encargado de abastecer de purina a la industria avícola en crisis y no precisamente por causa del invierno.

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