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De la vitrinita al vitrinazo – Por: Benito Guerra F y Diana Marcela Rangel N

De la vitrinita al vitrinazo – La despensa de las fiestas en Barrancabermeja – Por: Benito Guerra Fuentes y Diana Marcela Rangel Numa

De la vitrinita al vitrinazo – La despensa de las fiestas en Barrancabermeja – Por: Benito Guerra Fuentes y Diana Marcela Rangel Numa

¿Quién en Barrancabermeja no ha comprado en El Vitrinazo productos para organizar sus fiestas y sobre todo las fiestas navideñas?

Bueno… esta es su verdadera historia.

Un joven con mucho «perrenque», e iniciativa (hoy llamamos emprendimiento) de nombre Omar Rincón, que había terminado sus estudios de bachillerato en 1988 en el glorioso Colegio El Castillo, y quien se preguntaba:   ¿Después del grado qué?

Era la incertidumbre propia del futuro, y sobre todo en una ciudad donde las oportunidades de estudios superiores y trabajo eran escasas.

Sin embargo, para los primeros días del mes de enero de 1989 en una conversación con su hermano Saúl, éste le cuenta a Omar, que un señor estaba vendiendo un negocio (La Vitrinita) en el comercio, porque había decidido viajar a Cúcuta.

Ese joven barranqueño de corazón, echao  pa, lante, responsable, entusiasta, lleno de valores familiares es, Omar Darío Rincón Rojas, quien se interesó en el negocio y le propone a su hermano que lo compre, que él lo administra.

Así fue.

A la semana siguiente compraron La Vitrinita, un negocio estacionario callejero, donde vendían dulces galletería, y cigarrería en general, ubicada – entonces – frente al antiguo Banco Comercial Antioqueño.

Lo primero que hicieron los hermanos Rincón, fue cambiarle el nombre al negocio y llamarlo La Vitrina, ya que el antiguo e irreverente dueño le había colocado “Gadafi”.

Omar y su hermano Saúl, con la fe en el alma puesta en Dios, arrancaron a vender sus productos, principalmente a los trabajadores de Ecopetrol, que salían de sus labores en las tardes y que casi – obligatoriamente – tenían que parar frente a la vitrinita, ya que en ese lugar se formaba un pequeño trancón y aprovechaban para comprar sus productos al “Mono” como cariñosamente le decían a Omar Rincón

Los hermanos Rincón viendo que cada día les iba mejor en las ventas de sus productos, decidieron trasladar el negocio estacionario callejero (La Vitrina) al Centro comercial Multicentro, y en la noche guardaban su vitrinita en un parqueadero que quedaba diagonal a Discos Evan.

Con el tiempo se enteraron que el lote del parqueadero lo estaban vendiendo, así que con parte de sus ahorros y plata prestada al interés, deciden comprar el lote y estacionar la vitrina en dicho lote.

Deciden construir el establecimiento para La Vitrina

Con el tiempo – y en vista que crecían y crecían las ventas – deciden construir el establecimiento para La Vitrina, hasta que Omar, propone al hermano y a su padre quien también participaba del negocio, que le pusieran el nombre de El Vitrinazo, a lo cual el hermano reacciono y le dijo:

“Eso suena a venta de vidrios”… Pero que va… “la certeza estaba echada”, Omar logro que se llamara El Vitrinazo, empresa que hoy día, después de 35 años, genera empleo para muchas personas y también se ha convertido en la surtidora y asesora de otros negocios menores de la ciudad y la región.

Hoy, con la participación de su esposa y de sus hijos, han construido una empresa familiar en donde ya se perfila la segunda generación del Vitrinazo.

Cuenta Omar que el éxito inexorablemente de esta empresa está basado en el amor a Dios y la constancia del servicio al prójimo.

Pero el Vitrinazo, hoy día no solo es el cristal donde se exponen los productos a la venta de las fiestas barranqueñas y la región, es también la trasparencia en el buen servicio.


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