El tono, la sobradez de la alcaldesa de Bogotá, sus peleas con el gobierno central no resuelven la inseguridad, solo aumentan nuestra ansiedad… también los alcaldes de Medellín y Cali.
Sin duda esta pandemia nos ha alterado la vida de una manera que nunca nos llegamos a imaginar, y eso afecta sin la menor duda el estado de ánimo de todos.
Aun con cierta libertad para salir, la vida social inclusive con la familia está absolutamente restringida para no hablar de los amigos con quienes se acabaron esas posibilidades de compartir que le dan alegría a la vida.
Llegar a la seguridad de que pasaron estos momentos difíciles se ve muy lejana porque lo que está sucediendo en Europa aumenta el pánico por la llegada de nuevos tipos del virus que llevan de nuevo al confinamiento, independientemente de la vacuna.
Ha surgido de nuevo ese miedo que se confunde con otros sentimientos pero que terminan quitándole alegría al diario vivir.
Obviamente los funcionarios públicos no son ajenos a estos sentimientos agravados por el nivel de responsabilidad que tienen en medio de situaciones tan complejas como las que vivimos actualmente.
Sin embargo, reconociendo las dificultades que enfrentan por la carga de tensión que les toca asumir, preocupa que cada día se ven con más frecuencias actitudes de ministros, y alcaldes, que tienen actuaciones y hacen declaraciones que demuestran claramente que han perdido la paciencia. Esa virtud no es un lujo para quienes ocupan altas posiciones, sino que precisamente en momentos como los actuales debe ser su principal característica.
El mismo presidente se debería cuidar en sus declaraciones para que no se interpreten como expresiones donde priman los sentimientos sobre la razón: no estamos ni los colombianos ni los ciudadanos del mundo para este mundo de amigos y enemigos.
A todo lo que es parte de esta crisis, se le agrega ahora a los que vivimos en Bogotá, el físico pánico. Y en eso las actitudes y declaraciones de la alcaldesa no ayudan para nada.
No se trata solo de sus expresiones que se interpretaron con razón como xenofóbicas, sino de su tono, de su actitud, de su sobrades.
La verdad es que sorprende que en medio de estos momentos tan difíciles, no se le vio una gota de humildad; de tranquilidad, de dejar atrás la pelea política y más bien reconocer que se requiere una estrategia distinta en conjunto con quienes tienen también la responsabilidad de dar tranquilidad a una población.
La verdad es que las indirectas tanto del presidente Duque con la alcaldesa y las peleas de ella con el gobierno central, en vez de resolver al menos esta crisis de inseguridad que vivimos, y acelerar las vacunas, solo aumentan nuestra ansiedad.
Es un esfuerzo mayor que los ciudadanos les pedimos a quienes elegimos para gobernar pero de malas: no es el momento de perder la paciencia, de no asumir el reto al cual se le midieron voluntariamente.
Es hora de mostrar que haciendo un inmenso esfuerzo, les tocó ser tranquilos pero eficientes, y dejar la politiquería para otros momentos.
No solo son ellos, pero también el alcalde de Medellín y el de Cali y muchos otros, por favor tranquilícense y gobiernen.
De nuevo de malas que les tocaran semejantes momentos, pero si todos estamos haciendo esfuerzos, ustedes más que nadie, tienen la obligación de tomar decisiones y olvidarse no solo de rencillas políticas sino de la próxima campaña presidencial.
Ya llegará ese momento, pero por ahora no pierdan la paciencia y asumen las responsabilidades que les tocaron. Pero por favor con otra actitud. Muchos colombianos estamos sintiendo que ustedes están perdiendo la paciencia, por decir lo menos.
Este artículo también lo puede leer en BVirtual “la nueva forma de escuchar radio” – para instalar la aplicación: Para Android – dar click aquí
Los usuarios de Iphone pueden descargar la nueva forma de escuchar radio dando click aquí
Para leer más noticias de Barrancabermeja y el Magdalena Medio pueden dar click aqui