Por: Alberto Rafael Cotes Acosta.
«El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.»
Confucio
Según información aparecida en el periódico Vanguardia liberal el miércoles 21 de Marzo de 2012, se dio vía libre a la construcción de una Planta de Coque dentro del Proyecto de Modernización de la Refinería de Barrancabermeja. El coque que es un subproducto (carbón) de la actividad petrolera puede producir polvo, peligroso por su capacidad de adsorción . La inhalación de polvo coque es irritante para la nariz, garganta y pulmones y provocar a largo plazo bronquitis crónica.
Aunque entiendo las razones financieras de Ecopetrol para impulsar la construcción de esta Planta, como ciudadano Barranqueño, me preocupa las implicaciones sociales, económicas y ambientales de este proyecto.
Durante más de 80 años los ciudadanos de Barrancabermeja han sufrido las consecuencias ambientales de los procesos industriales de Ecopetrol, y aunque algunos de esos impactos han sido medidos y tasados, muy poco es lo que la principal empresa del país ha retribuido a la ciudad por esos impactos negativos. Más aún, algunos impactos, como los de la contaminación del aire, no han podido ser medidos con eficacia.
A pesar de todos los tecnicismos que puedan esgrimir, nadie le ha dicho a la ciudad y a sus ciudadanos (y creo que nunca lo dirán) cuales son los verdaderos impactos de esta planta. Seguramente saldrán – como ya dijo un osado funcionario petrolero – que se ha hecho un estudio de vientos en la ciudad y que estos (los vientos) corren de sur a norte, paralelos al río y en el mismo sentido de la corriente de este y que por tanto no hay posibilidad de transferencia de partículas desde la planta hacia la ciudad y sus ciudadanos. Esto por supuesto rompiendo no solo toda lógica científica, sino las leyes de Dios.
Pero además, la micro localización de la tal Planta de Coque imposibilita definitivamente el desarrollo de la infraestructura del Puerto de Galán, lo que definitivamente impacta negativamente social y económicamente a la ciudad, y seguramente retrasarán o encarecerán otros proyectos que podrían brindar alternativas de diversificación de la economía de Barrancabermeja.
Nadie se opone al crecimiento de Ecopetrol, ni al desarrollo de nuestra principal refinería, pero el punto es que la ciudad NO ES ECOPETROL y necesita de un desarrollo armónico, dictado por las condiciones de ella misma, que en últimas propenda por el Bienestar General y no dictado por la política empresarial de ECOPETROL.
¿Qué dirán las autoridades ambientales y de planificación de la ciudad de esto?