Por: Juan Manuel Lopez C.
Me da mucha pena (como diría el presidente en sus épocas de columnista) pero me parece que están equivocados la mayoría de los comentaristas -y sobre todo los periodistas- en sus interpretaciones y opiniones respecto al resultado y lo que significa el restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela
Equivocados al insistir en esperar ganadores y cambios –o en presentarlos- respecto a los temas molestos, como son para Chávez los tratados sobre las bases militares con los americanos, y para nosotros la condescendencia con la eventual presencia de la guerrilla en el país vecino.
La reunión de presidentes fue la superación de la crisis creada por Uribe antes de salir, pero dejando la situación en los mismos términos anteriores.
Chávez no ‘se echó para atrás’ como mencionan algunos, ni declaró que habrá una relación diferente con la guerrilla, puesto que no hizo nada diferente de repetir lo que siempre ha dicho: que desde que se posesionó hace once años ha expresado que no es por las armas que la guerrilla puede esperar un éxito; que no está amparando ni está asociado con las Farc; que las ideas revolucionarias pueden aspirar al poder y no por eso son terroristas (enumeró los casos de Centroamérica y Paraguay y la participación de un exguerrillero en su gabinete); que las autoridades Venezolanas han tenido incluso enfrentamientos con la guerrilla colombiana en su territorio; que es difícil controlar los 2.200 kilómetros de frontera y que por eso siempre ha habido incidentes con los subversivos de uno u otro país a lo largo de la historia; en fin, aunque no usó esas palabras, que él no se va a dedicar a hacer la guerra que exigía Uribe contra las Farc.
También mantuvo su posición de que cada país como parte de su soberanía puede hacer los tratados o convenios que desee, pero en la medida en que no se convierta en un peligro para sus vecinos.
Santos a su turno dijo que se trataba de pasar la página, significando que no es que se hubieran resuelto los problemas sino que se iban a manejar de una manera diferente.
Ninguno reclamó un triunfo, ni dio las respuestas que los medios hubieran querido. Simplemente se restauraron las relaciones diplomáticas, para volver a tratar los temas como siempre se han debido tratar.
La versión de que fue otro ‘gran servicio’ de Uribe a la patria porque hizo que Chávez cambiará su política hacia las Farc es tan solo un rezago de enfermedad furibista.
Que Chávez lo hizo para ganar puntos para sus elecciones de Septiembre es evidente: así en su país él se mantiene como adalid de la revolución social y además de la Paz, y probó que el problema era Uribe. En relación a Colombia nada ganó (a juzgar por la manera en que se opina sobre él, eso parece de todas maneras imposible), pero ante su electorado sí.
Si la Farc ganó o perdió depende de lo que siga. Si el Gobierno después de esto busca unos diálogos para buscar la paz y no la rendición (Chávez podría ayudar) los más interesados en ella son ellos, y no solo por su situación militar: abandonada la idea de un gobierno totalitario socialista, los temas que alegan como motivo de su lucha (desigualdad económica, problema de propiedad de tierra, corrupción, etc.) serían lo primero que tiene que atender cualquier gobierno. Sería entonces la población colombiana la gran ganadora