
La política colombiana se enciende. Una reciente multitudinaria manifestación en Barranquilla, liderada por el presidente Gustavo Petro, ha reavivado el debate sobre el futuro laboral y de salud en el país.
El cabildo popular, un mecanismo constitucional, fue el escenario donde Petro promovió una Consulta Popular que busca restituir los beneficios laborales perdidos durante gobiernos neoliberales y reformar, según él, el corrupto sistema de salud.
En respuesta, el expresidente César Gaviria, considerado el padre del neoliberalismo en Colombia y uno de los artífices de la controversial Ley 100 que rige la seguridad social, lanzó una dura advertencia: “La arbitrariedad de Petro nos puede llevar a desconocerlo como presidente”. Gaviria, actual director del Partido Liberal, criticó lo que percibe como una actuación autoritaria por parte del actual mandatario.
La reacción ciudadana y el pasado de Gaviria
Las declaraciones de Gaviria no tardaron en generar una fuerte reacción ciudadana. Numerosas voces le recordaron al expresidente su propio historial de verdaderas «arbitrariedades«, específicamente la forma en que tomó las riendas del Partido Liberal.
Se le señaló que su dirección actual se basa en estatutos emitidos con una «total violación de las normas internas del Partido», una “jugada para tomarse el Partido”. En este sentido, la ciudadanía se preguntó: ¿con qué autoridad moral habla?» si él mismo es una “arbitrariedad andante”.
Un llamado a la renovación liberal
El debate trascendió la coyuntura presidencial y se centró en la necesidad de un «sacudón» para el Partido Liberal. Antaño la fuerza política dominante, hoy se le considera un «Partido del montón«.
Se recordó a Gaviria que, para recuperar su relevancia, el partido debe «volver a la actividad, agitar ideas, tener programas y no reducirse exclusivamente a la actividad política de las bancadas en el Congreso«.
La discusión también puso de manifiesto una verdad fundamental: aunque Gaviria pueda ser el «dueño de la marca» del Partido Liberal Colombiano, «el liberalismo es mucho más«. Hay un clamor por un «proyecto social y no neoliberal» que represente los verdaderos ideales de la colectividad.
El eco de Samper y la polarización
Las palabras del expresidente Ernesto Samper en la última convención liberal resonaron con fuerza en este contexto. Samper, con respeto, hizo un llamado a la renovación generacional dentro del partido, instando a que los jóvenes liberales tuvieran la misma oportunidad de liderar que ellos tuvieron en su momento.
Advirtió que, de no hacerlo, la «polarización ideológica» actual “se encargará de enterrar en la próxima campaña las legítimas opciones de una renovación democrática pluralista que incluye la del liberalismo en todas sus tendencias y matices”.
En esencia, el pulso entre Petro y Gaviria no solo es un choque de visiones políticas, sino también un reflejo de la crisis interna del Partido Liberal y la imperiosa necesidad de que Colombia defina su camino entre el pasado neoliberal y las propuestas de un futuro más social. El desenlace de esta confrontación y la capacidad del liberalismo para reinventarse serán cruciales para el panorama político del país.
¿Debe César Gaviria dar un paso al costado y dejar que las juventudes liberales tomen las riendas del Partido Liberal le devuelvan el sentido social demócrata del pasado y defienda las reformas sociales que el país reclama?