Muchos Uribistas y gente de la oposición, en forma regular preguntan (y afirman) en las redes sociales, si los que votamos por Gustavo Petro estamos arrepentidos, y presentan argumentos según los cuales el presidente de la República no ha cumplido cabalmente con sus promesas de campaña.
Pues tengo que decir que sí, estoy arrepentido, pero no por lo que dicen con insistencia los de la oposición sobre promesas incumplidas, ya que, yo como miles de colombianos pienso que el Presidente Petro, muy a pesar de la salvaje oposición que le hacen desde todos los frentes del “establecimiento”, ha venido cumpliendo con sus promesas de campaña, otra cosa es que la oposición, y en especial los Uribistas, quieran que Petro haga lo que ellos quieren, lo que siempre han hecho, y como Petro hace lo contrario, todos los días lanzan sus diatribas que no solo buscan menoscabar el apoyo popular al Gobierno, si no, poner en ridículo al Presidente con memes y mentiras.
Estoy arrepentido, porque lastimosamente, en el gobierno se han dado a la tarea a nombrar en cargos de mucha importancia a personajes precisamente de esa “oposición” recalcitrante, que desde que empezó el gobierno no han hecho si no ponerle palos a la rueda, o hacer quedar mal al gobierno con sus actuaciones.
El ejemplo más claro, es el caso de Sneyder Pinilla, persona a la que conozco, porque compartí aula con él en un Posgrado que hicimos juntos en una Universidad de Santander.
El asunto es, cómo un profesional como Sneyder, que políticamente se hizo dentro del Clan Aguilar de Santander, lo que lo llevó a ser elegido alcalde de su municipio, clan político “enemigo” del presidente y del gobierno, puede llegar a tan alto cargo, sin que ninguna alarma suene; acaso dentro de los 11 millones y pico de personas que votaron por Petro, no hay uno que cumpla con el perfil de ese cargo.
Algunos piensan (entre esos estaba yo) que se debía a la voluntad del Presidente de gobernar con todos los sectores del país, en el propósito de un gran “Acuerdo Nacional”, pero lastimosamente, como diría una reputada congresista: “Con esos hijueputas no se puede”.
Así es, no se puede con una clase política que está acostumbrada al robo, al saqueo, a los contratos amañados para sus amigos, a robarse los recursos con obras fantasmas, a quedarse con los dineros de la salud, la educación, la alimentación de viejos y niños, etc., no se puede trabajar con ellos, no sé como siendo Petro tan inteligente, no lo ve.
Y ojo a fin de minimizar los ataques (sé que vendrán), debo decir que, mi amigo Sneyder se declaró culpable, es decir aceptó algunos cargos que le imputaron, y se supone que está colaborando con la justicia, por si alguien quiere demandarme por injuria y calumnia.
Entonces digo yo, cómo esperan que un militante de un Partido Político cuyos líderes están procesados y/o condenados por corrupción, actué sin ese “bicho” de la corrupción.
La mejor enseñanza, para bien o para mal, es el ejemplo; y si el ejemplo que dan los líderes políticos de los partidos tradicionales, es la corruptela, pues esa misma conducta la tendrán sus militantes, y cuando por azares del destino, se encuentren con el poder, actuarán en consecuencia.
Como dije, el principal ejemplo es Sneyder, pero no es el único.
Y el gobierno nacional, a través de sus ministros y directores de instituciones descentralizadas, siguen y siguen poniendo en altos cargos, en cargos de manejo, de dirección, que manejan recursos, políticas públicas estratégicas, proyectos y recursos ¿ya dije recursos? (es que no parece darse cuenta) a profesionales que vienen de las entrañas de esos partidos políticos, y lo que es peor, algunos vienen con instrucciones precisas de sus “jefes” para ser estorbos, para atravesarse a todo lo que huela beneficio para los “nadies” que el gobierno dice defender.
Las consecuencias de esta situación, por supuesto, es el desprestigio del gobierno, maximizado por una prensa arrodillada a esos sectores de poder, que no analizan, no investigan, no hacen reportería, si no que obtienen sus chivas de “fuentes anónimas”, que son precisamente los que están detrás de esos personajes y saben la tarea que están haciendo, y cuando tienen que sacrificar a alguno (como a Sneyder), lo hacen sin ningún pudor o recato.
Por eso, estoy arrepentido de mi voto por Petro.
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