Con respeto por todas las opiniones encontradas o concordantes sobre la materia, la realidad es que, hace varias décadas los políticos se dedicaron a “otros menesteres”, unos menos malos que otros, pero de todas formas se desentendieron, separaron y aislaron de los adelantos tecnológicos y científicos del mundo globalizado.
Y está ampliamente demostrado, que ni los entendieron, ni los quisieron estudiar ni comprender a tiempo, y por tanto la tecnología avanzó y la política retrocedió.
Ahora por oportunismo y para regocijarse a sí mismos, los que viven de vivir hablando de todo, políticos y opinadores de medios, sin importar el fondo, vienen a interpretar y a tomar posición ideológica en algo que requirió haber sido legislado sin orientación política, respetando los derechos fundamentales, hace mucho rato.
Sin duda, la discusión es ética, y no política. Y aunque los políticos suelen acomodar las cosas a su conveniencia, deben tener cuidado, pues se trata de un asunto fundamentalmente ético.
Y esta será la discusión de los próximos años a nivel global y local, y para que el mundo no pare de progresar, tendrá que ir enfocada de forma sensata y transparente a la regulación de utilización de DATA, a la subsecuente generación de INFORMACIÓN y a la PROPIEDAD intelectual y debida aplicación sobre el CONOCIMIENTO, que la convergencia tecnológica y digital producen.
Pero hay algo más complejo aún y que demanda tanta atención, y es la transformación genética que vivimos a partir de los genomas y los vectores de manipulación genética como el “CRISPR”.
Entonces la sociedad debe preguntarse:
Serán los políticos capaces de ponerse al día con la ciencia y la tecnología?
Cuentan los políticos con los conocimientos adecuados para hacerlo?
Serán los políticos capaces de legislar equitativa, ética y racionalmente en función del progreso de la civilización, y no motivados por intereses particulares, económicos propios o pagos o ideologías políticas?
Serán las grandes empresas tecnológicas públicas o privadas las que van a poner las reglas? Lo harán pensando en el bien común o motivados por factores netamente económicos?
Es el futuro que ya está vigente desde hace tiempo y apenas nos venimos a percatar.
El tema no es nuevo. Ya en Colombia se dieron casos con Twitter y Facebook Colombia, manejados con influencia política.
Ahora es con Trump que sin duda violó las políticas del contrato que firmó al abrir la cuenta con las compañías tecnológicas, y ¿apenas ahora venimos a pensar en el asunto?
Los fake news y las suplantaciones digitales con inteligencia artificial abundan. La cyber seguridad es parte esencial de la seguridad ciudadana.
Hay estados, empresas y organizaciones y hay personas, que ya entraron en esa batalla de datos, información y conocimiento, con el fin de manipular audiencias. Hay negocios e individuos que influencian y dominan mercados digitales.
Nos llegó la era de la política digital ya hace un tiempo, por si alguien no se había percatado, es hora de empezar a pensar en ello.
La mala no es la tecnología o la ciencia, el problema es la ética con la cual se maneje.
Tristemente la ética ya no la enseñan mucho ni en la casa, ni en la escuela, ni en la universidad. He aquí la importancia de cada día fortalecer más una cultura de la legalidad.
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