Para hablar de la administración de Darío Echeverri Serrano existen dos formas, una irse por los lados y tocar algunos temas espinosos con guantes de seda, la otra, la que prefiero y la que siempre escogeré, es aquella donde hablemos de frente, a calzón quitao, sin maquillaje cosmético para no herir susceptibilidades.
A Darío Echeverri Serrano es claro que NO lo dejaron gobernar, partiendo de esa premisa los habitantes de Barrancabermeja perdimos la oportunidad de tener a un líder de grandes dimensiones, pero especialmente sin precedentes en la defensa de los intereses de nuestro territorio.
Es imposible olvidarnos que fue Dario Echeverri Serrano quien levantó las banderas para exigir, por parte de Ecopetrol, la ampliación y modernización de la refinería, no sé si a algunos ya se les olvidó, pero yo si recuerdo, perfectamente, la marcha multitudinaria donde participaron todos los sectores de la Bella Hija del Sol, reclamando mayor seriedad por parte de la estatal petrolera hacía nuestra ciudad.
Dicen, no me consta, que el rotundo éxito de esa marcha fue determinante para el posterior acoso en materia jurídica que vivió, durante un largo tiempo, el mandatario de los barranqueños. Se escucha de oidas que «a Ecopetrol no le gusta que ningún alcalde se le pare firme», y que, supuestamente, por Darío ir en contravia de lo que al interior de la empresa querían, «comenzaron a ponerle palos en la rueda». Ojalá eso sea puro cuento de esquina.
Por otro lado, hay quienes «vivían furiosos e indignados» por la llegada de personajes oriundos de Bucaramanga, muchos se «rasgaron las vestiduras» porque se le estaba quitando la oportunidad a los nuestros, sin embargo, no hubo mucha bulla en campaña cuando recibían, tranquilamente, con exagerado cariño, los «detalles» de los señores que venían de la capital del departamento.
Lo dije, lo digo y lo diré: «En Barrancabermeja nos está matando la doble moral».
En tiempos electorales nos «vendemos», pero luego queremos reclamar, como nuestro, lo que en medio de los jolgorios politiqueros cambiamos por un plato de lentejas.
Darío Echeverri Serrano pasará a la historia como uno de los guerreros más fuertes.
Ninguno hubiera aguantado una guerra política como se la declararon, le dieron con todo lo que tenían, sin embargo, Darío terminó su gobierno y entregó, con la frente en alto, muchas obras al servicio de la comunidad y con el agradecimiento de miles de ciudadanos que —todos los días— ven con sus propios ojos lo que el mandatario hizo por Barrancabermeja.
Por más que quisieron verlo salir por la puerta de atrás —con el rabo entre las piernas— NO lo lograron y el hombre, repito, está entregando muchas obras que benefician a la ciudad.
Es absolutamente claro que los ríos de odio que corrieron estos años por los diferentes sectores de la ciudad, afectaron única y exclusivamente la dinámica económica de un municipio de por sí maltratado por la recesión, derivada como consecuencia de las mentiras sobre la ampliación y modernización de la refinería de Barrancabermeja que Ecopetrol prometió a la ciudad, perjudicándola posteriormente.
Algunos creyeron que «haciéndole la guerra a Darío» iban a conseguir mucho. Qué equivocados estuvieron, pues solo lograron la desestabilización total de un territorio que requería con urgencia un líder de los quilates de Echeverri Serrano.
Difícilmente alguien puede conocer nuestra ciudad como la conoce Darío.
Algunos podrán decir que mi defensa hasta el último segundo se debe a que «yo soy un corrupto que robé a mi ciudad y por eso continuo defendiendo a Dario», sin embargo, debo advertir que en más de una ocasión he dejado claro que si comprueban que he participado en un convenio o contrato que le haya esquilmado los recursos al municipio, jamás vuelvo a comentar en ninguna red social.
Mi postura obedece a un análisis simple, sencillo y claro de la realidad, aunque tampoco voy a negar que estuve vinculado desde el primer momento a la administración municipal que lideró Darío Echeverri Serrano, todos me conocen y saben perfectamente que jamás voy a hacer las que hizo el apostol Pedro, que según las escrituras, negó a Jesús.
En Darío reconozco a un amigo que se forjó en estas tierras, un hombre que quiso dar hasta su último suspiro para liderar de la mejor manera el Abrazo Cálido de Colombia, tristemente, el odio de unos pocos pudo más y lograron permear a buena parte de los habitantes del municipio, no dejaron ver los aciertos que tenía la administración, pues el principal objetivo era «confundir para reinar».
Hoy la verdad sale a la luz, desde diferentes esferas nacionales reconocen en el gobierno de Dario Echeverri Serrano un faro que deja una luz permanente que puede guiar a las futuras administraciones de todo el país.
Hoy somos ejemplo en materia de educación, eso que no dejaron ver los jinetes del odio la misma dinámica de la vida permitió que la verdad fuera revelada.
El discurso falso despareció frente a la contundencia de la realidad, en la actualidad somos reconocidos en todo el país por el excelente manejo de las regalías y su respectiva inversión.
Todo esto nos tiene que dejar una gran lección, las mentiras no son buenas y tarde o temprano serán descubiertas.
Aún así Darío Echeverri, pese a los obstáculos, deja muchas obras.
Se tenía que decir y se dijo.
Nota: los que más hicieron daño en estos cuatro años, son los que jamás han hecho nada positivo por Barrancabermeja.
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