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Tranquilo Bobby, tranquilo…

duranPor: Ricardo Durán Serrano

Yo les confieso que me dio un fresquito acompañado de una ligera sonrisa cuando escuché a Jesús Santrich –en la trasmisión por internet de la rueda de prensa de los negociadores de la guerrilla en Oslo – recordarle con la más fina picardía santista al bolardo del ex ministro De la Calle un pedacito de la letra del conocido merengue con letra de protesta social “El Niágara en Bicicleta”…

Por eso supongo que a más de uno le costará trabajo leer mentalmente esta breve nota sin tararear al fondo el ritmo de la canción original del maestro Juan Luis Guerra…

Y por eso…

No me digas que nos gastemos tantas y tan absurdas sumas astronómicas en reparar las vías que dañaron y volverán a dañar las petrocamionetas y las tractomulas matriculadas fuera de nuestra ciudad por propietarios que no pernoctan los fines de semana y que ni siquiera compran un tinto en cualquier tienda de las esquinas de esta tierra tropelera y olvidadiza…

No me digas que no tienen anestesia (para que no nos duelan las alzas inminentes en las tarifas de disposición final de basuras en la celda transitoria eterna)…

No me digas que el alcohol se lo bebieron (los menores de edad en las vías arterias que estuvieron todo el día colapsadas y en los palcos VIP revendidos de las fiestas del petróleo)…

Y que el hilo de sutura está bordado en un mantel del Hospital Regional San Rafael…

Pero también les confieso que el ritmo y la bella melodía de mi juventud merenguera se corta con un sonido brusco, como ese chirrido metálico y molesto de cuando la aguja saltaba en los antiguos reproductores de discos de vinilo, cada vez que oigo en los tertuliaderos costosos o leo en los pasquines gratuitos los detalles chismosos de la postulación a la cámara de representantes y por nuestra región de un eminentísimo desconocido, sin más méritos que su parentesco político y la sombra de un aval presidiario…

Retomando el guiño de Santrich debo aclarar que en medio de su picardía se dio el lujo de resultarle particularmente ofensivo a buena parte de la prensa contestataria del establishment, que a su vez tuvo la gentileza de dedicarle cálidos y farragosos juicios de valor estético en las dos principales cadenas de radio y en las tres de televisión privada, donde poco falto para que contrataran a un panel de expertos en humor político, encabezado por los imitadores Jeringa y Luz Amparo, para evaluar las competencias artísticas y la pertinencia de la impertinencia del irreverente pero muy campante terrorista…

Bueno sería recordarles a los dueños del país que a los emperadores romanos en su desfiles triunfales los rodeaban bufones contratados por ellos mismos, que durante todo el carnaval los tachaban de la forma más vulgar y chistosa posible, para que los dioses no sintieran envidia de ellos y para que el pueblo no los endiosara; de pronto con buenas y frecuentes dosis del oportuno humor revolucionario se podrían evitar tanta acumulación de malos humores en la próstata de Nariño…

De otra parte también aclaro que la guerrilla no tiene hoy ninguna razón válida y legítima para insistir en usar las armas, pero sí la tiene plena en todas las cifras y planteamientos de su novedoso discurso plagiado del movimiento ambientalista, gracias al treceavo mandamiento del “copy – paste”.

Y retomando el ritmo tumbador de los pisotones que recibimos todos los que recogemos boronas debajo de la mesa del banquete municipal, debo insistir en que los divorcios políticos cuestan elecciones, basta con recordarles a Mockus renegando del bailado tarimero del mismo Uribe que lo condecoró por su falta de decoro institucional y que esa pataleta le costó la elección al más espigado del curubito verde; otro tanto podríamos decir del mismo Mockus y de su flirteo con Petro en momentos en que la ola verde cundía derribando todos los paradigmas egocéntristas del centro del espectro político nacional…

Habría bastado con que alguien mandara a callar a las barras que exudaban mantras como “mi profesor – mi presidente“o acaso permitirse un inapropiado gesto de grandeza politiquera, un devaneo de negociación burrocrática (así, con doble erre, no es un error de tipografía) en esos momentos de efervescencia y candor mockusiano, para que la educación pesara hoy mucho más en el PIB que los dos pinches billones que le está mendigando la MANE a la ministra del demonio oscurantista…

Total que entre tantos divorciados y mal avenidos pero bien amancebados, a nuestro pueblo de mozas y marranos solo le resta cruzar el Magdalena en bicicleta…

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