Por: Oscar M. Rodao
En este año que comienza, el tema más actual será la política, ya que en octubre se realizaran las elecciones regionales que servirán para escoger alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y comuneros; así las cosas, vemos todos los días, como desde ya se comienzan a mover las diferentes fuerzas políticas en la ciudad en busca del fervor popular que los catapulte al éxito en octubre próximo.
En la ciudad, en las 3 últimas elecciones a la alcaldía se ha presentado un fenómeno especial en material electoral; el candidato de las mayorías políticas ha salido derrotado, muy a pesar de estar encabezando las encuestas de opinión durante toda la campaña, esto debido a divisiones internas y celos entre la clase política local, que en su momento, algunos sectores religioso-políticos han sabido aprovechar para montarse en el poder con candidatos con corte mesiánico, con el mensaje de la anti política y de la lucha contra la corrupción, que al final decepcionan a todos y que terminan siendo cuestionados, investigados y hasta en la cárcel por corrupción y paramilitarismo.
Al final de estas hecatombes políticas que ha sufrido la ciudad por cuenta de estas victorias, como es de esperarse, nadie responde, hasta ahí mal la cosa, pero quizás lo que más preocupa es que el destino de Barrancabermeja, parece condenado a elegir a este tipo de candidatos. Cada cuatro años, las condiciones parecen que fueran nuevamente las mismas, y como veo la cosa política; los celos, los egos y las divisiones entre la clase política, volverán a causar estragos. Al parecer no aprendemos de nuestros errores y lo más probable es que volvamos por las mismas sino hacemos algo a tiempo.
Esta eterna división entre la clase política, ha permito que algunos sectores de la iglesia, la fuerza pública y la registraduría terminen imponiendo esos candidatos ante la mirada atónita de todos los que participan, por eso se hace necesario comprometerse con la construcción de una propuesta de reconciliación social y política para Barrancabermeja. Construir una agenda política que contenga acuerdos mínimos y fundamentales que trasciendan las diferencias y nos concentremos en las coincidencias, repensar la ciudad y generar conciencia local. Es necesario antes del debate que se aproxima proponer una hoja de ruta vinculante para futuros gobiernos en temas de movilidad, salud, vivienda, educación, saneamiento básico, empleo y cultura ciudadana para una reconciliación íntegra y sostenible.
Sugiero respetuosamente, que como base de la convocatoria, se escoja la última gran alianza política que apoyo la candidatura de Horacio Serpa a la gobernación de Santander y que obtuvo una abrumadora mayoría, desde luego sin excluir a algunos sectores políticos que no estuvieron allí, pero que coinciden en que es necesario blindar a la ciudad de personajes a los que no se les conoció juventud, y que con sus discursos anti políticos y anti corrupción, que solo les sirven para montarse en el poder, vengan a decirnos como gobernar nuestra ciudad cuando desconocen el manejo de la misma.
No mas improvisación, Barrancabermeja debe ser para todos los barranqueños, la idea es que este pensamiento se reproduzca como las olas e inspire la imaginación y encienda la esperanza de que esta generación, fue capaz de superar sus diferencias y pudo heredarle a nuestros hijos una ciudad justa que progrese acorde a su importancia estratégica y cultural.