Por: Alberto Rafael Cotes Acosta
"La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo."
Abraham Lincoln
Por estos días se está dando en la ciudad un fenómeno curioso al que he decidido bautizar “El flujo pre electoral”. Se trata este fenómeno del movimiento constante de cientos de ciudadanos hacia las candidaturas al Concejo Municipal; encontramos entonces desde líderes populares y profesionales hasta vagos y sin oficio dispuestos a someterse al escrutinio popular para ser elegidos Concejales o Alcalde de la ciudad. En una sociedad democrática esto sería bueno, si el fondo del movimiento fuera netamente el servicio a la comunidad de los que se mueven en el “flujo pre electoral”, pero lastimosamente y para desgracia de la ciudad la aceleración de este proceso la produce por un lado el desencanto por los que han actuado en esas posiciones en los últimos períodos, y en mayor medida los cantos de sirena que dicen que allí el que llega se llena de plata, se vuelve rico, producto esa creencia paradójicamente de las actuaciones de la mayoría de los corporados y los gobernantes en los últimos años.
Se lanzan a la palestra algunos profesionales y sobre todo contratistas de la ciudad, con la creencia que con dinero lograrán la curul y que no hace falta trabajo con las comunidades, ni respaldo político. Se lanzan también ciudadanos comunes, o no tan comunes, líderes de barrio, líderes comunitarios, líderes de organizaciones no gubernamentales, osados desconocidos, etc., con la creencia también que no hace falta respaldo político, sino un poco de suerte y que las “comunidades que representan” los acompañen.
Toda esta situación demuestra la descomposición política de nuestra ciudad. Barrancabermeja, que siempre se ha distinguido por ser una “ciudad política”, en donde los ciudadanos intervienen, no tragan entero, participan y tienen una gran capacidad de análisis, se ha venido desdibujando en los últimos años hasta el punto que hoy en día la sindéresis política se ha perdido.
Hoy se pregona que no es importante contar con el aval de algún partido, sea cual sea, sino que lo que importa es el individuo, la persona, “el muñeco” como se dice popularmente. Nada más alejado de la verdad. La política sociológicamente es una actividad grupal, no individual, y por el contrario de los que muchos piensan se necesitan de Partidos Políticos fuertes y con grandes hombres dentro de ellos no importando su tendencia ideológica, a fin de poder ejercer el poder y responder socialmente por las acciones u omisiones dentro de ese ejercicio, porque si no, sucede lo que ha venido sucediendo en los últimos tiempos, que quienes nos gobiernan lo hacen al vaivén de sus caprichos personales, dependiendo con qué pie se levanten cada día, o con quien se hayan acostado la noche anterior.
La conciencia individual de los ciudadanos debe encontrar la forma de elegir a aquellos que demuestren más coherencia política, a quienes tengan detrás un estamento serio que esté preocupado por las necesidades, sueños y anhelos de TODOS los habitantes y pueda responder tanto social como políticamente por sus aciertos y por sus yerros. Hace veinte años que nos falta eso, porque no dedicamos a elegir semi deidades, a elegir más por el carisma, la cara bonita o el populismo que por el ejercicio sano del discernimiento de las propuestas, de las ideas, de los programas.
Hoy nuevamente quienes en los últimos años de una u otra forma han estado ostentando el poder, vuelven a la ciudad con sus cantos de sirena, con sus flautas encantadas, con su discurso empalagoso, dispuestos a hacerse elegir. Pero además vuelven con la consigna de no permitir que la ciudad se reconstruya sociológica y políticamente, sino que de avanzada mandan oscuros emisarios a sembrar cizaña, a disolver cualquier intento de unión entre los que pensamos que el ejercicio de la política debe ser pulcro, a inventarnos nuevos o a reinventar antiguos semidioses salvadores, a dividir aplicando la doctrina maquiavélica de “divide y reinarás”.
No podemos los ciudadanos de Barrancabermeja permitir que nos vuelvan a engañar, no podemos permitir que nos vuelvan a inventar líderes, que nos vuelvan a encasillar en el esquema individualista. Necesitamos elegir a nuestros mejores hombres y mujeres, con el compromiso de construir y recuperar el poder político para los Barranqueños, ese poder no está únicamente en el Concejo y en la Alcaldía, sino que debe buscarse en todos los estamentos políticos regionales y nacionales: Asambleas, Gobernación y Congreso de la República.
Los ciudadanos tienen la palabra.