Al principio de la década de los 40 pensar en la derrota de los Nazis era algo improbable así como en los Ochentas pensar en la caída del comunismo, sin embargo fueron cosas que sucedieron en medio del asombro de muchos y la ilusión de otros. Ese tipo de eventos es lo que el pensador francés EDGAR MORIN llama la “victoria de lo improbable”.
Luego del costoso ejercicio de la consulta interna de los partidos (Liberal, POLO y MIRA), algunos han salido a regodearse por lo que consideran el desastre o el acabose de la oposición y la entrada al terreno allanado del tercer periodo del Doctor
Uribe ya que solo se llegó al 50% del estimado de votos por parte de estos partidos políticos lo que enaltece el insulso orgullo Uribista de aquellos que gustan del estilo mandoncito del paisa.
Lo cierto es que la baja votación no significa que la gente acepte el régimen actual, pero se debe hacer un examen de conciencia. Honestamente pienso que los candidatos elegidos (Pardo y Petro) no son muy fáciles de “vender” y si a esto le sumamos la gran división y el individualismo de los otros, la cosa no está fácil y parecería improbable que ganara la presidencia de la república una alternativa diferente a la guerra y el odio.
Somos más de 28 millones de Colombianos quienes podemos elegir nuestros gobernantes sin embargo solo lo hacemos el 46% es decir que más de la mitad son indiferentes o no confían en la democracia y es allí donde debemos enfocar nuestro interés. La democracia no es montar una cede política uno o dos meses antes de elecciones y pagar buses para movilizar gente. Por ejemplo, el partido liberal en Barrancabermeja de sus 7711 votos, 1339 fueron votos no marcados es decir les hicieron conejo. Para el caso del POLO, Carlos Gaviria pasó de 22 mil votos en el 2006 a 2200 en 2009. Ese se debe convertir en un indicador. Obviamente la campaña mediática en contra de la oposición ha sido despiadada y ha dado frutos, pero los que soñamos con un país libre, prospero y en paz, tenemos la obligación ineludible de ayudar a fortalecer la democracia sobre todo en momentos en que para satisfacer el apetito de poder del actual mandatario se acudirá sin vacilar a cualquier táctica.
Por otra parte no espero que la corte constitucional declare inexequible la ley que convoca al referendo que le permitirá a Uribe Vélez presentarse para una segunda reelección, así que en las conciencias dormidas de aquellos que no votan esta una esperanza y esa confianza es lo primero que se debe ganar.
En todo caso no debemos dejar que cunda ese juego oprobioso de la descalificación, la ofensa y la provocación derivado de la arrogancia de creerse gobiernista, por el contrario nuestros esfuerzos se deben concentrar en educar a la población que no entiende que lo que está haciendo el presidente es cambiar las reglas de juego en medio del partido y allí tendremos una fuerza incontenible que logrará la victoria de lo improbable.