Si el referendo que por estos días se discute en la Cámara de Representantes realmente fuera el criterio de las mayorías en este país, no veo por qué Uribe Vélez y su gente están ofreciendo dinero y prebendas a los congresistas para que voten a favor de que la conciliación del texto le permita reelegirse inmediatamente o por lo menos reelegirse.
Si las cosas fueran como las plantearon los promotores del referendo el asunto sería más fácil, pero, ellos se propusieron recolectar las firmas por el método más escandaloso posible: sobrepasando los límites permitidos por las autoridades para este tipo de iniciativas de participación electoral ciudadana en un país donde la mitad de sus habitantes son pobres según las cifras oficiales y en cifras extraoficiales llega hasta el 70% de la población, también se propusieron recibir donaciones en servicio de la empresa Transval cuyos propietarios son los mismos que los de la “comercializadora” DMG y a quienes acusan de lavado de activos, captación ilegal, fraude, concierto para delinquir y otros delitos más. Pero la colaboración de Transval – DMG en el transporte de las firmas recolectadas en todo el país es apenas uno de los motivos para no creer en la “iniciativa popular”, motivos de sobra tenemos al ver que las donaciones las hicieron empresas que contratan directamente con el Gobierno Nacional, en otras palabras, la recolección de las firmas la pagamos entre todos los colombianos los que firmaron y los que no firmamos y también vamos a pagar entre todos los gastos de esa consulta cuando finalmente la vayan a hacer, eso es lo bonito de la democracia o en este caso cleptocracia que según mi diccionario personal es ‘el gobierno de los que nos roban’.
Pero, los problemas para el referendo “de iniciativa popular” no paran ahí, más de 80 representantes a la cámara fueron denunciados y demandados por aprobarlo en los primeros debates sin tener claro el concepto de la Registraduría Nacional del Estado Civil acerca de la financiación, o sea, aprobaron una consulta ciudadana que no tiene legalidad para su posterior discusión acerca de la modificación de la pregunta, sin embargo, los congresistas que habían aprobado inicialmente la validez de la consulta decidieron complicar mucho más las cosas para el trámite de la “iniciativa popular” y optaron por una figura de esas tipo “pecar, rezar y perdonar”.
Pecaron con la aprobación en los primeros debates, rezaron declarándose impedidos para votar la conciliación del texto (cambiar la pregunta), y perdonaron votando ellos mismos para que no tuvieran impedimento, algo así como “usted roba, yo también, y como los dos robamos, yo no lo denuncio si usted no me denuncia y además lo exonero de toda responsabilidad si usted hace lo mismo conmigo”, dicho de esta forma, “pecar, rezar y perdonar”, se convierte en “una mano lava la otra, entre las dos lavan la cara y así sucesivamente…”.
Pregunta para los que apoyan la reelección presidencial por medio del referendo reeleccionista: ¿Está usted de acuerdo con que los congresistas reciban prebendas por parte del Gobierno Nacional para aprobar esta “iniciativa popular”? Si su respuesta es “sí” pase a la siguiente pregunta ¿No importa que esas prebendas sean Su propio dinero?
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