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Educar para el futuro

 Estuve presente en el desarrollo del quinto encuentro de la Jurisdicción Constitucional realizado en la ciudad en días pasados y pude llevarme a casa algunas reflexiones a partir de las ponencias realizadas en el marco de ese evento. En relación de la actual situación del país, con la crisis con los países vecinos, militares americanos en bases colombianas, congresistas investigados, etc., algunas ideas saltan a la mente para intentar ayudar a entender lo que pasa. 

En la ponencia del experto invitado sobre el tema de la educación, se señalaba que la falta de educación conduce al salvajismo y que la violencia y el guerrerismo es propio de esa misma falta de educación, así también que la educación promueve y fortalece la democracia. Además se señalaba que el país ha progresado en materia de cobertura de la educación básica y media pero la calidad no ha avanzado en el mismo nivel, y se puede pensar que a pesar de tener más niños en las escuelas la calidad de lo que aprenden no es tan buena y de nada sirve tener tantos estudiantes que saben tan poco.

La realidad es así, la cobertura educativa ha aumentado, a pesar de que muchas escuelas y colegios cuentan con malas condiciones de infraestructura, pero la calidad de la educación no ha crecido a la par y frente a los desafíos cada vez mayores de la sociedad se revela que se está generando una población incapaz de afrontar la realidad económica y social. Se están formando a lo sumo operarios y empleados, pero no creativos e innovadores que realmente puedan competir y no solo trabajar en una empresa. Y esta situación empieza desde las escuelas, donde no se cuentan con las condiciones necesarias para impartir una educación de calidad, con profesores mal pagados y mal formados intelectualmente, y donde los estudiantes no ven opciones de progreso y superación, así que tampoco se esfuerzan por estudiar.

Lo cierto del caso es que un pueblo sin suficiente educación será bárbaro, pues sus decisiones se basaran en medias verdades y se caerá en el facilismo de la acción como respuesta a los retos, la cual no se basa en la reflexión y el análisis propio de una buena educación. Y la realidad nacional es el reflejo fiel de esto, pues el discurso fácil de la acción, como la seguridad democrática, envuelve rápidamente a un pueblo que no se detiene a reflexionar y analizar sobre su realidad, y luego se ven las consecuencias de estas decisiones fáciles, falsos positivos, chuzadas, Yidis y parapolitica.

Es el momento de pensar en la educación de las próximas generaciones, darles las suficientes herramientas para que tomen las mejores decisiones, que no son las mas rápidas o fáciles, y esto no depende solo de la nación, en el municipio se puede avanzar mucho y solo se necesita el compromiso del gobierno local.

 

 

Darío Echeverry Serrano
Politólogo de la Universidad de Los Andes
Director del IPL Barrancabermeja

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