Alianza electoral – El Eleno Uribismo

Cada día se va haciendo más intenso el debate. Hay muchas evidencias que podrían legitimar dicha hipótesis. Mientras tanto la gente observando el desarrollo de los hechos
Cada día se va haciendo más intenso el debate. Hay muchas evidencias que podrían legitimar dicha hipótesis. Mientras tanto la gente observando el desarrollo de los hechos
Un nuevo escándalo del alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, gasta 420 millones en 40 bicicletas que su costo según el mercado local no supera los 2 millones de pesos por unidad
Tras hacer lo imposible por tumbar la reforma pensional y desacreditarla a toda costa, ahora buscan lavarse las manos, empleando argumentos tan ruines como la supuesta falta de trámite debido en su aprobación en la Cámara.
Daniel, ese mundo en el que transitas en tu diario vivir , referido a cierta élite colombiana y bogotana – que no es todo lo bogotano, ni siquiera la mayoría – sólo te posibilita ver en esa imagen algo “hippy y rockero”.
El caso de alias Papá Pitufo es un claro ejemplo de cómo el contrabando y la corrupción han permeado las más altas esferas del poder en Colombia durante más de 25 años.
La crisis política en Bucaramanga se agrava con cada decisión del alcalde Jaime Andrés Beltrán, quien, en menos de dos meses, ha tomado vacaciones en tres ocasiones: del 1 al 7 de diciembre de 2024, del 28 de diciembre al 6 de enero de 2025, y nuevamente del 14 de febrero al 6 de marzo.
El cubrimiento mediático que los medios tradicionales de comunicación en Colombia han dado al metro elevado de Bogotá ha sido un ejemplo evidente de parcialidad y falta de rigurosidad periodística.
Como Pegasus anda en campaña electoral con su jineta, ya no nos muestran ni audios ni videos, entonces de nuevo se pusieron de moda los paparazzis con sus câmaras y tele-fotos, porque lo importante aquí es, para los negociantes de la desinformación, generar rating en todos los frentes: digitales, escritos y audiovisuales.
Jaime Andrés Beltrán llegó a la alcaldía de Bucaramanga promocionándose como el Bukele colombiano, con un discurso de «mano dura» contra la delincuencia, vendiéndose como la alternativa a la inseguridad desbordada que afectaba la ciudad.