El delito de opinión
La transformación que ha sufrido el país en los últimos años ha convertido a la expresión y la opinión en delitos desde el referente mismo de la opinión pública. Lo que antes era considerado como “delito” por la expresión política de los ciudadanos, heredado de la guerra que libraron liberales y conservadores, ahora ha ‘evolucionado’ o retrocedido en términos antropológicos, a formas más “urbanas” que buscan hacer justicia por su propia cuenta señalando como delincuentes a quienes opinan diferente, apelando además, a insultos, ofensas y calumnias como argumentos para “enjuiciar” a quienes opinan (ver comentarios en cualquier medio de comunicación con sitio web).