Por: Rodrigo Báez Vallejo.
Tuve que tramitar mi visa para viajar a Texas. Me sorprendió cómo en los días anteriores a la cita el tema se vuelve eje central de la vida. Los compromisos laborales y el hogar pasan a segundo plano por 72 horas. “Hay que recoger la mayor cantidad de pruebas que demuestren que no se va a quedar en U.S.A”, es lo que primero le dicen a uno. Pero por alguna razón inexplicable cuando ya terminé de acumular fotocopias de ARP, Certificado laboral (con salario, tiempo, cargo, días de vacaciones), carnet de la pre pagada, certificados de libertad y tradición, papeles del carro, registros civiles, certificado del matrimonio, extractos bancarios; me dicen que “eso no lo revisan!”… Como rezaban aquellas historietas de nuestro amigo y filósofo suramericano: PLOP! Luego unos formularios que no sé cuán complicados son para diligenciarlos pero la gente se vuelve torpe llenándolos.