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Mi mensaje de gratitud para Raúl Meneses Monsalve

Raul MenesesPor: Hernando Flórez Anaya.

 

Cuando abrumado vi los mensajes de dolor y las numerosas condolencias por el fallecimiento de Raúl Meneses tuve dos sensaciones, escribir un mensaje en Facebook o adentrarme en la reacción positiva nunca antes vista ante el fallecimiento de un buen hijo de nuestra ciudad.

 

No pienso ir ni a la funeraria, ni a la misa, ni al entierro porque siempre prefiero quedarme en la memoria con lo último que me pasa con un ser querido y después no recordar nada más.  Me pasó con mi papá, y a partir de ahí jamás he podido asistir al sepelio de alguien que estimo mucho. Sufro demasiado en esas circunstancias y prefiero quedarme con su sano recuerdo.

 

Obviamente a Raúl Meneses lo quise mucho.  Mi último recuerdo de Raúl fue el día del lanzamiento del libro de nuestro común amigo, Horacio Serpa, en las instalaciones de Expoeventos en donde ofició como ‘maestro de ceremonias’.   Ese día sufrimos mucho porque el salón se nos llenó tanto que no lo creíamos, pero después —ya relajados de la tensión del momento— reímos por el éxito del evento, así fue siempre.

 

Raúl Meneses —cuando aún era joven— me enseñó las clásicas reglas del protocolo para hablar ante un público, el señorío, el manejo del micrófono, la manera de hablar ante un auditorio.  Por supuesto no lo pude convencer que alguien tan seco y tan falto de carisma como yo pudiera asimilar, fácilmente, la riqueza de sus conocimientos en este campo en el que era todo un profesional, sin embargo esas clases recibidas por Raúl Meneses fueron una experiencia aleccionadora para los dos.

 

Ultimamente ya me decía «usted puede hablar de lo que sea», por supuesto, entre los dos había un silencio cómplice que nos dejaba claro que él había aportado mucho en todo este proceso.

 

Raúl Meneses Monsalve era un profesional inmenso, un caballero a carta cabal, todo lo hizo bien, al final creo que nada hizo mal y si lo hizo nadie lo notó.

 

Yo me refiero es al don de gente, a la sonrisa, a la palabra que nos desarma, a la solidaridad, al civismo, pocas veces en la vida uno podrá aprender tanto de alguien.  Si pudiera atreverme a definirlo, podría sintetizarlo como el ser humano más generoso que he conocido, desprovisto de todos los honores y de todas las glorias, porque sin saberlo él era la gloria y los honores.

 

Uno trata de definir a una persona tan inmensamente especial y jamás lo logra, porque siempre aparece una virtud mayor.

 

Raúl Meneses falleció joven, porque los grandes hombres entregan tanto que se van rápido, de eso muchas veces hablamos y él no creía mi teoría, pero vean ustedes que para él terminó siendo cierto.

 

Raúl Meneses Monsalve merece todos los honores. Para mi el honor más grande fue haberle conocido personalmente y disfrutar su amistad, lealtad, responsabilidad, seriedad y profesionalismo.

 

Con el dolor en el alma que produce la ausencia-presencia de una persona que uno quiere, solo puedo decirle a Raúl Meneses Monsalve que estará entre nosotros por siempre y para siempre.

 

¡ Que dolor, que tristeza, que infortunio, que adversidad tan grande la partida de este gran amigo !

 

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HERNANDO FLOREZ ANAYA es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL.  Puede ser contactado en el correo electrónico:  [email protected]

 

 

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