En un proceso electoral «se puede ganar o se puede perder», es parte del libre juego democrático y la voluntad del pueblo es la que finalmente decide.
Así pasó en Barrancabermeja, la gente —libremente— tomó su decisión y votó por el candidato que le convenció. Frente a unos resultados electorales tan claros, y ante una diferencia tan grande no cabe más que «ser humilde en la victoria y noble en la derrota».
No sirve para nada atacar la credibilidad de las instituciones o desprestigiar a una población que votó a conciencia y de manera masiva.
Hay que aceptar con gallardía los resultados, aprender de lo que sucedió, reconocer los errores, admitir las faltas y seguir adelante, porque «las derrotas enseñan más que los triunfos».
Lamentablemente, hay quienes siguen como si no hubieran pasado las elecciones y continúan en campaña. Personas que siguen contaminando con su veneno las redes sociales, así como las esquinas y calles, pues siguen sin aceptar los resultados, o sea la clara manifestación popular en las urnas, y de manera irresponsable siguen injuriando y desacreditando a todos los antiguos rivales, simplemente porque no son capaces de ver la realidad que se dio en las urnas, y que ya dio ganadores y perdedores.
Barrancabermeja Distrito Especial necesita avanzar, dejar atrás tantos engaños y mentiras, y empezar a construir lo que la gente necesita para su bienestar.
Esas personas que siguen en el pasado, que no quieren aceptar la realidad y no tienen la capacidad de seguir adelante —de reconocer los resultados y pedir disculpas por tanta ofensa— deben tomarse un tiempo y reflexionar por su bien y el de la comunidad, que está cansada de tanta negatividad y quiere otras cosas, así lo dijo en las urnas, pero, lamentablemente, no todos lo han entendido.
Los malos perdedores han olvidado que Barrancabermeja está por encima de ellos y sus decepciones, que el Distrito necesita gente que aporte para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y no más personas que solo buscan ponerle «palos a la rueda» de la administración pública.
Lo peor de todo es que en unos años, esos mismos que ahora siembran tempestades y son tóxicos en sus relaciones, vendrán a buscar el apoyo de la comunidad, olvidando que han cansado a la gente con tanta mala energía y pésima actitud.
El Distrito necesita gente con voluntad de gestionar en beneficio de la comunidad, dispuesta a trabajar en equipo en beneficio de todos y con ánimo conciliador. Los malos perdedores solo viven en su amargura y decepción, viven solo detrás de su beneficio personal, y no son capaces de ayudar a nadie más que a ellos mismos.
Es momento de la reconciliación y es necesario, para tener una Barrancabermeja mejor, que todos ayudemos y trabajemos por ella, por eso todos deben tener disposición de espíritu para trabajar por nuestra tierra.
A pasar la página … pero sobre todo, a aportarle a la construcción de un mejor futuro para Barrancabermeja Distrito Especial.
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JULIO SANCHEZ LIZARAZO es un habitual columnista de BARRANCABERMEJA VIRTUAL. Puede ser contactado en el correo electrónico: [email protected]
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