Por: Jaime Calderón Herrera
En el guión de Anderson de la película Flawless, traducida como el título de esta columna, un hombre sin escrúpulos vende seguros de salud a la gente pobre del Reino Unido. A la esposa de Hobbs, uno de sus clientes, le diagnostican tempranamente un cáncer curable, pero la compañía le niega los servicios por tratarse de una no urgencia, con consecuencias fatales para la enferma.
Con la fortuna amasada con la desgracia de sus clientes, la empresa surge y asegura a la única empresa comercializadora de diamantes donde Hobbs, el conserje, urde un plan para robar los diamantes con el propósito de quebrar a la compañía de seguros.
El origen de la venganza de Hobbs es idéntico a una de las tantas maneras, como algunos administradores de las EPS han acumulado fortunas, recibiendo del Sistema de Salud un dinero por cada persona “asegurada”, a muchas de las cuales les niegan o retardan los servicios, pues aparecen como muertas o no están en el computador, o no hay contratos con prestadores ni disponibilidad de medicamentos, o simplemente les retrasan la atención por no mediar urgencia , como en el caso de la película protagonizada por Demi Moore y Michael Caine.
Sin dudas hoy hay mayor probabilidad que hace veinte años de ser atendido ante la contingencia de una enfermedad, pero también es cierto que hoy destinamos diez veces más dinero que entonces. Por otra parte, los indicadores de salud pública, en general, no muestran avances en dos décadas.
La ineficiencia del Sistema de Salud y los números del mismo, no obstante los miles de ajustes hechos, han conducido a la certeza de la no viabilidad del modelo sustentado en la libre competencia y el libre mercado del comercio de la enfermedad.
Los únicos que siguen sin ver el fracaso, son los interesados en la continuidad del negocio (banqueros, intermediarios y beneficiarios de ellos), y de manera injustificable, el gobierno. ¡Sigue esperando resultados diferentes, insistiendo en lo mismo!
El pasado miércoles en el recinto de la Academia Nacional de Medicina, las organizaciones medicas que agrupan a más de cincuenta mil médicos, promulgaron el consenso que resume la propuesta de una Ley Estatutaria que regule el derecho constitucional y fundamental que tenemos los colombianos a la salud y que ponga los cimientos de un nuevo sistema que privilegie la prevención, que sea sostenible financieramente, que atienda a los enfermos oportunamente y con calidad científica, para lo cual es requisito necesario que se respete la autonomía médica con regulación por pares.
Los oportunistas ven en la crisis de la salud el momento para pescar, las EPS para confundir, los médicos para hacer una propuesta viable y benéfica y el Gobierno debiera ver la oportunidad de lavar sus desaciertos.
