Era abril de 1948. En medio del duelo por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, Barrancabermeja era símbolo de resistencia; se sumergía en un fervor revolucionario.
La tragedia encendió el espíritu de lucha en los gaitanistas y Barrancabermeja, liderada por su pueblo y el sindicato Unión Sindical Obrera, USO, se alzó como bastión de esperanza.
En este escenario, Nereo López, con su cámara como testigo, capturó la fuerza de un pueblo decidido a no claudicar en 37 fotografías que hoy pertenecen al profesor e historiador Rafael Velásquez Rodríguez, una de ellas ilustra este escrito y lleva la rúbrica de Nereo.
La Junta Revolucionaria asumió el control municipal: trabajadores de la refinería de la Tropical Oil Company paralizaron operaciones, y sitios estratégicos como la alcaldía, el aeropuerto y la vía fluvial quedaron en manos del movimiento popular.
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Rafael Rangel Gómez, líder surgido del pueblo, fue designado alcalde, reflejando la organización y poder del movimiento gaitanista.
Las fotografías de Nereo López inmortalizan ese espíritu de lucha.
Una de ellas muestra una caravana recorriendo la calle principal de la ciudad (Avenida Santander), gobernada con sorprendente orden por sus habitantes, pese a la inminente amenaza de represalias gubernamentales.
Frente a la incapacidad del gobierno conservador de sofocar la rebelión, se optó por negociar.
El mismo 18 de abril, un avión trajo emisarios oficiales.
Las tensas negociaciones culminaron con la devolución del control del municipio al gobierno, pero el eco de la resistencia quedó grabado en la memoria colectiva.
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Durante diez días de levantamiento, solo tres vidas se perdieron, un saldo inesperado dada la magnitud de la revuelta.
Para Nereo, la Revolución de Abril, con sus 37 fotografías, simbolizaba la fuerza y dignidad de un pueblo decidido a defender sus ideales.
Este capítulo no solo fue un acto de resistencia, sino un testimonio del poder transformador de la unidad popular.
La Revolución de Abril sigue viva como un recordatorio de que la historia no pertenece únicamente a los poderosos, sino también a quienes sueñan con justicia y libertad.
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Pedro Severiche Acosta, comunicador social y periodista, actual presidente de la Asociación de Periodistas de Barrancabermeja APB.
