
La mayoría de los hombres, cuando alcanzamos cierta edad, empezamos a sufrir de alopecia, que no es más que la caída o pérdida patológica del pelo, es decir: CALVICIE.
También la mayoría de las veces eso resulta en un stress sicológico para el masculino que la sufre, porque no se, tal vez siente que está viejo, aunque algunos empiezan a padecer este problema a edad temprana, debido a otros factores externos.
Hace unos días, me encontré en un supermercado de la ciudad con un amigo, totalmente calvo (tenía varios meses que no lo veía) y me espetó<: “Aun puede despeinarse”, yo entre risas le dije, mostrándole mi coronilla: “Si, pero ya voy pa’ esa”. Estuvimos comentando unos minutos sobre que algunos hombres no soportan su calvicie.
El me comentó que asumió su calvicie, y a pesar que en el pasado se gastó una fortuna en “tratamientos” para una supuesta cura, terminó admitiendo que lo que se va a caer con la edad no tiene reversa, y que si bien para aquel amigo está el “viagra” para la caída del cabello no hay remedio.
Me dijo que el empezó entonces a utilizar la cuchilla N° 3, después la 2 y finalmente la 1, y que de ahí en adelante se empezó a afeitar la cabeza, dijo con sorna: “Incluso ahora estoy mechudo”, cuando apenas si se le veía una pelusilla que apenas se notaba en su cabeza blanca, porque entre otras ya salen es puras canas.
Nos despedimos y me fui muerto de la risa, recordando el viejo chiste del seños Álvarez Guedes, para quienes no lo conocen, les digo, que Álvarez Guedes fue un famoso humorista cubano, exiliado en Miami, que hacía chistes sobre Fidel, pero también sobre muchas circunstancias de la vida diaria, las cuales eran contadas con un humor excepcional, lastimosamente Álvarez Guedes, ya murió.
El chiste dice así: (Aunque es mejor oírlo de boca de Álvarez Guedes, que leerlo):
Se refería Álvarez Guedes en ese CD a precisamente los calvos, decía que los tomaban como punto de referencia: “Tu ves al calvo ese que está allá, bueno enseguida de él”, o perdían su personalidad: “Aquí estuvo un calvo de mierda a verte”, entonces el dijo: “Tu calvo que me escuchas (La verdad es que esa frase sonaba muy graciosa en boca de él), te tengo la solución”.
Y dictaba su solución, que no era otra que: DEJARSE CRECER EL BIGOTE, encerrarse en casa hasta que el bigote fuera más grande que el de Horacio Serpa Uribe, y cuando estuviera bien crecido, que ese mostacho pareciera la cola de un gato de Angora, salir a la calle a saludar a todo el mundo, durante por lo menos dos semanas.
Luego de eso, de haberse asegurado que todo el mundo lo viera, y que le empezaran a poner remoquetes como “bigote de brocha”, volver a perderse dos días y AFEITARSE EL BIGOTE para volver a salir a visitar a todo el mundo.
Decía Álvarez Guedes, que seguramente, todo el mundo empezaría a decirle: “Hombre, casi no te reconozco, ¿TE AFEITASTE EL BIGOTE?” Y ese sería el fin de sentir vergüenza por ser calvo.
La verdad, es muy gracioso oírlo en boca de Álvarez Guedes, les recomiendo que lo busquen en alguna plataforma, seguro todavía está, pero hablando en serio, yo estoy mas decidido a seguir el consejo del amigo aquel del que hablé al principio, es decir las cuchillas 3, 2 y 1 y al final crema de afeitar y afeitada.
Es irreversible, aún no han inventado nada que haga “renacer” el cabello y cuando esté definitivamente se cayó y uno pasa los dedos por el cuero cabelludo, y nota la piel suave al tacto, como las nalgas de un recién nacido, NO HAY NADA QUE HACER.
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