Alcalde Jonathan Vásquez, no hay nada que celebrar. Antes de invitar a sus conciudadanos a celebrar mientras su ciudad está asediada por el crimen, los asesinatos, la falta de empleo y oportunidades, es crucial resaltar la discrepancia entre la retórica y la realidad.
Su deber como alcalde no es sólo ofrecer tópicos o festividades sino abordar las cuestiones apremiantes que afectan la vida diaria de sus ciudadanos.
En primer lugar, empiece por reconocer las sombrías realidades que enfrentan sus electores.
— Barrancabermeja Virtual (@BcaVirtual) April 17, 2024
Ignorar o restar importancia a cuestiones como la delincuencia rampante, las tasas de homicidio y el desempleo generalizado no sólo es irresponsable sino también una falta de respeto hacia quienes sufren en esas condiciones.
Al pasar por alto estos problemas y promover celebraciones, usted demuestra una desconexión con las luchas de la población.
En segundo lugar, la invitación a celebrar frente a la adversidad parece sorda e insensible.
Para los ciudadanos que luchan contra la pobreza, la inseguridad y las oportunidades limitadas, la perspectiva de festividades suena hueca. Es similar a ofrecer un festín a quienes pasan hambre sin abordar las causas profundas de su hambre.
Esos gestos no sólo no logran animar a la gente, sino que sacan de quicio los sentimientos de frustración y desilusión entre la gente.
Además, al no abordar los problemas subyacentes que contribuyen a los males de la ciudad, Jonathan Vásquez perpetúa un ciclo de sufrimiento y desesperación.
La delincuencia prospera en entornos de dificultades económicas y desigualdad social.
Sin esfuerzos significativos para crear empleos, mejorar la infraestructura y mejorar las medidas de seguridad, es poco probable que la situación mejore. Simplemente instar a la gente a celebrar sin abordar los problemas sistémicos sólo sirve para prolongar su sufrimiento.
Además, su papel como alcalde se debería extender más allá de la mera gobernanza, también se espera que inspire esperanza e impulse cambios positivos.
Invitar a los ciudadanos a celebrar en medio de la adversidad envía el mensaje de que la complacencia es aceptable y que el status quo es inmutable. En cambio, más bien debería utilizar su plataforma para conseguir apoyo para iniciativas destinadas a abordar las causas fundamentales de los problemas sociales y fomentar un sentido de unidad y resiliencia entre la población.
Observen como cambiaron las “prioridades” del Jonathan opositor a las del Jonathan alcalde
A raíz de las explosivas declaraciones de la concejala Aleida Noguera en contra de decisiones administrativas que viene tomando el alcalde Jonathan Vásquez en su gobierno, este medio de comunicación quiso conocer las razones del inconformismo de la señora concejal.
¿Qué respondió la señora?
«Apoyamos al candidato que prometía hacer buen uso de los recursos públicos, del candidato que prometía invertir en lo social, en obras para el servicio de la comunidad, (como aparece en el video) pero, lamentablemente, en los 100 días de su mandato, este muchacho aparece botando $ 5.000 millones de pesos en fiestas y parrandas -que no se justifican- frente a un problema social tan grande y una emergencia de inseguridad pública como la que estamos viviendo actualmente en la ciudad», dijo la concejal a este medio.
Se gasta $ 5.000 millones de pesos en traer a Carlos Vives a Barrancabermeja
Sin embargo, hasta el día de hoy, abril 12 de 2024, No les han pagado la nómina a los empleados del CPC (Centro Popular Comercial) de propiedad de la Alcaldía y del que viven humildes trabajadoras que prestan diariamente allí sus servicios.
El próximo lunes 15 de abril la electrificadora de Santander podría estar cortando el servicio de energía en el CPC
¿La razón? … porque la Alcaldía este año NO ha pagado el servicio de electricidad en el CPC pese a que si hay $ 5.000 millones para cantantes que sólo duran 24 horas en la ciudad.
Un alcalde que invita a los ciudadanos a celebrar mientras su ciudad lucha contra el crimen, el asesinato, el desempleo y la falta de oportunidades no cumple con su deber fundamental de servir y elevar a su pueblo.
En lugar de hacerse el de la vista gorda ante el sufrimiento de sus electores, su gobierno debería enfrentar estos desafíos de frente, priorizar el bienestar de sus ciudadanos y trabajar incansablemente para crear una sociedad donde todos puedan realmente tener algo que valga la pena celebrar.
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