Como “la entrevista soñada”, así -despectivamente- calificaron algunos la entrevista que le hice al ex concejal Erwin Jiménez Becerra, solo porque al anunciar la publicación a través de BARRANCABERMEJA VIRTUAL, reconocí que la entrevista «la andaba buscando desde hacía rato».
«La entrevista soñada», pues, dijo con sarcasmo alguien que siempre me lleva en la mala.
En el oficio de Periodista así como en la profesión del Derecho, y en otras profesiones u oficios, uno tiene la libertad de hacer su labor independientemente de quién sea su «materia prima».
En algunos casos el entrevistado es amado y respetado entre la ciudadanía, en otros, no tanto. En el caso de Erwin Jiménez para nadie es un secreto que tiene «poder» en el gobierno distrital y así lo reconoce él mismo y quienes se le acercan -disimulada o descaradamente- para pedirle su intermediación en el gobierno.
«Yo vengo trabajando con Alfonso desde el año 2007 cuando él aspiró a la Alcaldía y yo al Concejo, ambos por AICO», recuerda el polémico dirigente político, que al igual que el ex alcalde de Barranquilla, Alejandro Char (hoy aspirante de la Presidencia de la República) no se baja de su cabeza una «cachucha bacana» que luce a toda hora.
Esa cercanía de Jiménez con el alcalde Alfonso Eljach Manrique y el hecho de que su hermana Diana Jiménez sea la presidente del Concejo, hace que los reflectores estén encima de él, aunque rara vez concede entrevistas. De allí, de mi parte, “lo soñado” de este diálogo.
FAMILIA DE POLÍTICOS
Dice Jiménez que su apellido no es de un «aparecido en la política», que su familia ha hecho huella en el poder local. «Mi abuelo fue alcalde encargado de la ciudad, mi tío Jairo Vargas León fue concejal y diputado de Santander, Elayne, Diana y yo hemos sido concejales. No somos aparecidos en la política», enfatiza.
No niega que asesora a su hermana Diana Jiménez para que «tome las decisiones correctas» como presidente del Concejo, «aunque mi mamá dice que Diana salió más política que todos nosotros», sostiene y se arregla la cachucha «charista» lanzando esta frase con la más absoluta comodidad:. «Yo creo que Diana puede llegar a ser alcaldesa popular de Barrancabermeja. Tiene madera».
PUYAZOS
Mientras escribo estas líneas, aprovecho para leer algunos comentarios en redes sobre el anuncio de entrevista que hizo, precisamente, mi colega Edgar Daniel Rodao de Barrancabermeja Virtual:
Miren esta perla: «Otro seudoperiodista arrodillado, periodista de estómago, ya le dieron su ancheta” y todas por el estilo, así, un largo etcétera.
Entretanto Jiménez me cuenta que ya su relación política con el representante Ciro Fernández terminó su ciclo. Que ve con buenos ojos la candidatura a la Cámara de Óscar Villamizar y al Senado anuncia su apoyo a Gustavo Moreno, joven cercano al gobierno local, pero con domicilio en la fría Bogotá.
También me dijo qué si Elkin Bueno, Paul Solórzano u otro se lanza para la próxima alcaldía de Barrancabermeja, les recomienda que ojalá sean del producto de un consenso.
“Yo espero que tengan en cuenta mi sugerencia, porque en últimas todos me critican, pero todos en últimas me buscan para preguntarme quién va a ganar porque por lo general … acierto”, se ufana Erwin Jiménez.
NO ME HE ROBADO NADA
Le pregunto por qué desistió de su sonada candidatura a la Cámara en este viaje y responde: «no tengo ninguna inhabilidad para haber postulado mi nombre, pero mi familia y mis más cercanos consideran que -por ahora- es un desgaste ante la avalancha de demandas que surgirían de coronar dicha aspiración», indica.
Pero hace énfasis en dos cosas. Una, que se va a quitar la sanción de pérdida de investidura «porque yo no me he robado nada», afirma y de nuevo se ajusta su cachucha color naranja, el color de Cívicos, justo el movimiento significativo de ciudadanos que no lo quiere para nada.
Y dos, dice «yo quiero quitarme de encima esa sanción porque mi sueño es ser Congresista de este país», y al decirlo, deja escapar una sonrisa y se soba la luenga barba, debidamente pulida por un peluquero experto.
TIENE MIEDO
Le pregunto por la fama que tiene de ser «el poder detrás del trono» y si esa estela no le genera miedo. Me confiesa que, por estos días, su señora, le dijo que se sentía preocupada por su seguridad ante el «odio que se respira a tu alrededor». Manifiesta que lo dicho por su cónyuge (de quien asegura no se mete en política para nada) le trajo a la mente una preocupación por algo que su abuela Diana le sentenció una vez: «Cuando tu mamá, tu esposa o tus hijos te adviertan algo, ten mucho cuidado»_, me confiesa.
Y termina diciéndome: «pero, ¿qué hago? … si esto es lo que me gusta hacer».
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