Inicio Elda Cantú No hay internet (y no pasa nada) – Por: Elda Cantú

No hay internet (y no pasa nada) – Por: Elda Cantú

Y, si se cae una buena parte de internet durante horas, como pasó mientras tecleaba esto, prometo no actuar como si fuera el fin del mundo.

Elda Cantú
Elda Cantú es la Senior News Editor, Latin America del New York Times

El trabajo que hacemos no determina lo que somos. La idea puede parecer radical en lugares como Estados Unidos, donde el empleo o la ocupación de las personas se consideran una suerte de realización personal y te vuelven un integrante respetado de la sociedad.

Sucede que gran parte de nuestra vida está definida por nuestra relación con el trabajo, como bien observa Jonathan Malesic en un ensayo de opinión. Y esa relación es deficiente.

Malesic, autor de un libro sobre el desgaste laboral, nos recuerda que la dignidad humana no depende de nuestra situación de empleo y llama a hacer un esfuerzo para demostrar “que existimos para hacer algo más que trabajar”.

En su ensayo, Malesic propone que “la dignidad, la compasión y el ocio son los pilares de una ética más humana, que reconoce que el trabajo es esencial para el funcionamiento de la sociedad”.

Y agrega que es necesario implementar políticas para ajustar las cargas laborales, los ingresos de todos, el reconocimiento al trabajo no remunerado y las actitudes hacia los jubilados y desempleados.

“Estos pilares y políticas mantendrían el trabajo en el sitio que le corresponde: como mero soporte para que las personas puedan dedicar su tiempo a cultivar sus mayores talentos, o simplemente a estar a gusto con sus seres queridos”.

El ensayo recoge los propósitos de algunos lectores para lograr una relación más saludable con el trabajo:

Nunca volveré a ser la última madre en recoger a mi hijo de la escuela.

Me propongo hacer menos y disfrutarlo más.

Nunca volveré a enviar correos electrónicos relacionados con el trabajo después de la cena o en los fines de semana.

A mí, que acabo de volver de vacaciones, nueve días sin computadora y con conexión intermitente a internet me ayudaron a valorar las virtudes de “no hacer nada”.

Así que me propongo caminar todos los días como si estuviera aún de vacaciones, sin escuchar noticias para estar al día y apagar la laptop cada tarde, en vez de solo bajar la tapa.

Y, si se cae una buena parte de internet durante horas, como pasó mientras tecleaba esto, prometo no actuar como si fuera el fin del mundo.

Comparte con nosotros tus propósitos en los comentarios.

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Elda Cantú es la Senior News Editor, Latin America del New York Times

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